Leoncito perdido en la selva
Había una vez en la selva africana, una mamá Leona muy amorosa y atenta llamada Leonor, y su travieso hijo Leoncito.
Un día, mamá Leona decidió llevar a su pequeño cachorro al supermercado de la jungla para enseñarle sobre cómo hacer las compras. "¡Vamos, Leoncito! Es hora de ir al supermercado", dijo mamá Leona con entusiasmo. "¡Sí, mami! ¡Estoy emocionado!", exclamó Leoncito saltando de alegría.
Así que madre e hijo se dirigieron al bullicioso supermercado lleno de animales comprando frutas, verduras y otros productos. Leoncito estaba maravillado por todos los colores y sonidos a su alrededor. Sin embargo, mientras miraba un estante de golosinas, se separó sin darse cuenta de su madre.
"¿Dónde está mi hijo?", pensaba preocupada mamá Leona cuando notó que Leoncito no estaba a su lado. Leoncito comenzó a sentirse asustado al verse solo entre tanta gente desconocida. Empezó a llorar y buscar desesperadamente a su mamá entre las multitudes.
Fue entonces cuando un amable elefante llamado Elías se acercó a él. "¿Qué te pasa, pequeño leoncito? ¿Estás perdido?", preguntó Elías con voz amable y reconfortante. "¡Sí! No encuentro a mi mami", sollozó Leoncito entre lágrimas.
El elefante Elías tranquilizó a Leoncito y juntos empezaron a buscar por todo el supermercado a mamá Leona. Después de un rato buscando, finalmente encontraron a la preocupada mamá Leona en la sección de lácteos.
"¡Mamá!", gritó emocionado Leoncito corriendo hacia ella. Mamá Leona abrazó fuertemente a su hijo mientras lágrimas de alegría brotaban de sus ojos. Agradeció enormemente al elefante Elías por ayudar a encontrar a su querido hijo perdido en medio del bullicio del supermercado.
"Gracias por cuidar de mi pequeño", dijo mamá Leona con gratitud hacia Elías. "De nada, siempre es importante ayudarnos mutuamente en situaciones difíciles", respondió Elías con una sonrisa cálida en su rostro.
Juntos regresaron felices y seguros a casa mientras el sol se ponía sobre la selva africana. Mamá Leona había aprendido lo vital que es mantenerse cerca de sus seres queridos en lugares públicos para evitar perderse.
Leoncito también comprendió lo importante que es pedir ayuda cuando lo necesitas y recordaría por siempre la valiosa lección aprendida ese día: nunca estar solo en momentos difíciles porque siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte. Y así termina esta historia llena de aventura y solidaridad en la jungla africana.
FIN.