Leoncito y el elefante sabio


Había una vez en la selva un leoncito llamado Leoncito, que era muy curioso y travieso. Un día, su mamá Leona lo llevó al supermercado de la jungla para hacer las compras.

"Leoncito, quédate cerca de mí mientras hacemos las compras", dijo mamá Leona con tono amoroso. "Sí, mamá", respondió Leoncito con entusiasmo. Pero apenas entraron al supermercado, Leoncito vio unos juguetes coloridos y decidió ir a explorarlos sin decirle nada a su mamá.

Mientras tanto, mamá Leona estaba ocupada eligiendo frutas y verduras frescas. Cuando se dio cuenta de que Leoncito no estaba a su lado, comenzó a buscarlo por todos lados.

Pero el pequeño león se había alejado demasiado y se había perdido entre los pasillos del supermercado. Mamá Leona empezó a ponerse nerviosa y preocupada. Recorrió cada rincón del lugar buscando a su hijo, pero no lograba encontrarlo.

En ese momento apareció un elefante amable y sabio que notó la angustia de mamá Leona y se ofreció a ayudarla. "¿Estás buscando a tu hijo? Déjame ayudarte", dijo el elefante con gentileza. "Sí, por favor. Mi hijo se ha perdido", respondió mamá Leona con lágrimas en los ojos.

El elefante utilizó su trompa larga para buscar entre los estantes altos del supermercado y finalmente encontró a Leoncito escondido detrás de unas cajas de cereales. "¡Aquí está! ¡Lo encontré!", exclamó el elefante emocionado.

Mamá Leona abrazó con fuerza a su hijo aliviada de haberlo encontrado sano y salvo. "¡Gracias por ayudarnos!", dijo mamá Leona al elefante con gratitud. "De nada.

Recuerda, pequeño Leoncito, es importante no alejarse demasiado de tu mamá en lugares desconocidos", aconsejó el elefante sabiamente. Leoncito asintió con tristeza por haber preocupado tanto a su madre y prometió nunca más alejarse sin avisar. Desde ese día, aprendió la importancia de estar siempre cerca de mamá cuando salían juntos.

Y así, gracias a la ayuda del amable elefante, esta familia animal regresó junta a casa con una valiosa lección aprendida: nunca perderse ni alejarse demasiado cuando estás junto a quienes te cuidan y te aman.

Y desde entonces, Leoncito siempre caminaba pegadito a su querida mamá Leona en todas sus aventuras por la jungla.

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