Leticia y el Gran Concurso del Sector Público
Había una vez en Costa Rica una joven llamada Leticia, que era una talentosa Administradora de Empresas. Desde pequeña, soñó con hacer algo grande por su país y ayudar a las personas. Un día, mientras paseaba por el parque, vio un cartel que decía: "¡Gran Concurso para Reclutar Nuevos Administradores en el Sector Público!".
"¡Wow! Esto es lo que estaba esperando!" -pensó Leticia emocionada.
Decidida a participar, se puso a investigar cómo era el proceso de reclutamiento en el sector público. Aprendió que debía enviar su currículum vitae a la institución correspondiente, donde luego habría una serie de pruebas y entrevistas. Leticia se sintió un poco nerviosa, pero sabía que con esfuerzo y dedicación podría lograrlo.
La fecha del concurso llegó y Leticia se presentó con su mejor ropa y una gran sonrisa. Al ingresar al edificio, conoció a otros jóvenes que también querían obtener un puesto y se hicieron amigos al instante. Aquí conoció a Juan, un joven ingeniero, y a Carla, una artista que también quería contribuir con su talento.
"¡Hola! Estoy muy ansiosa, nunca he participado en algo así!" -dijo Leticia a sus nuevos amigos.
"Tranquila, creo que juntos podemos apoyarnos" -respondió Juan.
El primer desafío fue una prueba escrita sobre conocimiento general y habilidades administrativas. Leticia se sintió un poco insegura, pero recordó todas las horas que había estudiado y respiró hondo. Ella sabía que debía concentrarse. Cuando terminó la prueba, todos intercambiaron sus opiniones y se dieron ánimos mutuamente.
Después de varios días de espera, Leticia recibió un correo que la invitaba a la siguiente etapa: una entrevista. Acompañada de sus amigos, se preparó para el gran día practicando preguntas y respuestas. Recordó que un buen administrador debe saber comunicar sus ideas con claridad.
Llegó el día de la entrevista y Leticia estaba un poco nerviosa, pero también emocionada. Al entrar a la sala, se encontró frente a un jurado de tres personas. Con su mejor sonrisa, comenzó a responder las preguntas.
"¿Por qué querés trabajar en el sector público?" -preguntó uno de los miembros del jurado.
"Porque quiero utilizar mis habilidades para ayudar a las personas y mejorar nuestra comunidad. Creo que cada acción cuenta y quiero ser parte de cambios positivos" -respondió Leticia con confianza.
Después de la entrevista, Leticia y sus amigos se encontraron para compartir sus experiencias. Todos se sentían esperanzados, pero también nerviosos por el resultado. Pasaron los días, y Leticia recibió un inesperado mensaje de texto.
"¡Felicidades, has sido seleccionada!" -decía el mensaje. Leticia no podía creerlo.
"¡Lo logré!" -gritó llena de alegría. En ese momento, sus amigos la abrazaron.
"¡Lo hiciste genial, Leti!" -exclamó Carla.
"Esto es solo el comienzo, tenemos mucho que hacer juntos para ayudar a los demás" -dijo Juan, contagiando la emoción.
Como nueva administradora en el sector público, Leticia empezó a trabajar en un proyecto que buscaba mejorar el acceso a la educación en comunidades vulnerables. Cada día se sentía más apasionada por su trabajo y, lo mejor de todo, podía ver el impacto que tenía en la vida de las personas.
Gracias a su esfuerzo y dedicación, el programa fue un éxito y pronto inspiró a otros jóvenes a involucrarse en el sector público. Leticia, Juan y Carla organizaron un taller para que más chicos aprendieran sobre cómo contribuir al bienestar de su país.
"¡Esto es solo el inicio!" -les decía Leticia a los nuevos participantes. "Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia, solo hay que intentarlo. Recuerden que el camino puede ser difícil, pero con trabajo en equipo y perseverancia, podemos lograrlo juntos."
Y así, la historia de Leticia no solo inspiró a su comunidad, sino que también demostró que trabajar por el bien común es la mayor satisfacción que uno puede tener. Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.