Letters from Heaven


Había una vez un niño llamado Gonzalo, quien siempre se preguntaba cómo sería su papá.

Desde que era muy pequeño, su mamá le contaba historias de lo maravilloso y amoroso que era su papá, pero él no tenía ningún recuerdo de él porque había fallecido cuando Gonzalo era solo un bebé. Gonzalo pasaba mucho tiempo imaginando cómo sería tener a su papá a su lado. Se preguntaba si se parecerían físicamente o si tendrían los mismos gustos.

Aunque nunca podrá saberlo con certeza, eso no impedía que Gonzalo soñara despierto. Un día soleado, mientras jugaba en el parque con sus amigos, vio volar una cometa por el cielo azul.

La cometa bailaba entre las nubes y Gonzalo pensó que tal vez, solo tal vez, su papá también estaba allí arriba en algún lugar. Esa idea lo llenó de emoción y decidió hacerle una carta para enviarla al cielo.

Gonzalo corrió a casa y agarró papel y lápiz. Con mucha concentración escribió: "Querido Papá del Cielo: Te extraño mucho aunque no te recuerde. Me encantaría conocerte algún día.

" Firmó la carta con un corazón dibujado debajo de su nombre y la guardó en un sobre. Al día siguiente, Gonzalo fue al correo acompañado por su mamá para enviar la carta especial al cielo. Le explicaron al cartero cuál era el propósito de la carta y él sonrió amablemente mientras sellaba el sobre.

Días después, algo sorprendente ocurrió. Mientras Gonzalo estaba en el parque, una paloma blanca aterrizó justo frente a él. La paloma llevaba un pequeño sobre atado a su pata.

Gonzalo se acercó con cautela y notó que el sobre tenía su nombre escrito en él. Con manos temblorosas, Gonzalo abrió el sobre y encontró otra carta. Decía: "Querido Gonzalo: Soy tu papá desde el cielo. Me alegra mucho recibir tu carta.

Aunque no puedo estar contigo físicamente, siempre estoy junto a ti en espíritu. "Gonzalo no podía creer lo que leía. Sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad y emoción al saber que su papá le había respondido desde el cielo.

Desde ese momento, la conexión entre ellos se fortaleció aún más.

A partir de aquel día, Gonzalo escribía cartas regularmente para contarle a su papá del cielo todo lo que hacía en la escuela, sus juegos favoritos y los momentos especiales que compartía con sus amigos y familiares. A través de las cartas, Gonzalo descubrió muchas cosas maravillosas sobre su papá. Aprendió que a ambos les encantaba jugar al fútbol y disfrutaban ver las estrellas por las noches.

También descubrió que su papá era muy valiente y generoso, cualidades que también veía reflejadas en sí mismo. Con cada carta enviada y recibida, Gonzalo sintió cómo la presencia de su papá del cielo lo acompañaba siempre.

Aunque no pudiera tenerlo físicamente a su lado, sabía que estaba cuidándolo desde arriba. La historia de Gonzalo nos enseña el poder del amor y la imaginación.

Aunque a veces extrañemos a personas que ya no están con nosotros, podemos encontrar consuelo en recordar los momentos especiales que compartimos con ellos y mantenerlos vivos en nuestros corazones. Y así, Gonzalo siguió escribiendo cartas al cielo, sabiendo que su papá siempre estaría allí para escucharlo y amarlo desde lo más alto.

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