Lia en el Bosque Encantado de Terror
Era una tarde soleada cuando Lia decidió aventurarse a explorar un lugar que todos en el pueblo decían que era misterioso: el Bosque Encantado. Su abuela siempre le advertía sobre ese lugar: “- No te acerques al bosque, mi chica, nunca sabes qué sorpresas te depara.-”, le decía con un tono gravísimo. Pero la curiosidad de Lia era más fuerte que cualquier advertencia.
Con una mochila llena de galletas, agua y una linterna, se adentró en el bosque. Al principio, todo era hermoso; los árboles estaban llenos de flores brillantes y los pájaros cantaban alegremente. Pero a medida que se adentraba más, la luz del sol se fue desvaneciendo y el ambiente se volvió más oscuro y extraño.
- “¿Por qué se dice que este lugar es aterrador? ” - se preguntó Lia en voz alta. Cuando de repente, un susurro suave pero escalofriante llenó el aire."- Porque aquí los cosas no son lo que parecen..."
Lia miró a su alrededor. No vio a nadie. - “¿Quién está ahí? ” - gritó con un poco de nervios. Entonces un pequeño ratón apareció entre las hojas.
"- No temas, soy el Ratón Luis. Aquí en el bosque, hay criaturas que parecen aterradoras, pero no todas son malas."
Lia se sintió un poco más aliviada. - “¿Y qué hay de los fantasmas que dicen que rondan por aquí? ” -
"- La mayoría de los fantasmas son moradores del bosque que están perdidos. Solo quieren encontrar su camino a casa."
Intrigada, Lia decidió seguir al Ratón Luis. Juntos se adentraron aún más en el bosque y pronto se encontraron con una sombra enorme. Lia tembló y retrocedió, pero Luis se mantuvo firme. "- ¡No huyas, Lia! Acércate. No es lo que parece."
A medida que se acercaron, la sombra tomó forma. Era un oso gigante de pelaje gris, que parecía triste. - “- Hola, pequeña. Mi nombre es Oso Nublado. Estoy buscando mis dulces que se me perdieron mientras dormía.-”
Lia se sintió apenada por el oso. - “- ¿Qué tipo de dulces, Oso Nublado? ” -
- “- Mis gomitas de frutas. Eran mis favoritas. Desde que las perdí, me siento un poco perdido también.-”
Lia sintió una especie de conexión con el osito y decidió ayudarlo. - “- ¡Vamos a buscarlas juntos! - ”- exclamó. Con la ayuda del Ratón Luis, Lia y el Oso Nublado comenzaron a buscar por todas partes.
Se encontraron con un árbol que parecía hablar. "- ¡Ayudadme! Soy el árbol gorgón y he visto unas gomitas de frutas caídas por el río."
Lia, Oso Nublado y Ratón Luis fueron al río y encontraron un brillante paquete de gomitas atrapadas en una rama. "- ¡Las encontramos!" - gritó Lia.
El oso sonrió con gran alegría. - “- ¡Gracias, Lia! Tu valentía y amabilidad me han ayudado a sentirme mejor. ¿Puedo compartir mis gomitas contigo?"
- “- ¡Claro! Me encantaría.” - Lia aceptó con entusiasmo. Ambos disfrutaron de las dulces mientras compartían historias. Lia se dio cuenta de que lo que parecía aterrador al principio, en realidad estaba lleno de vida y magia.
De repente, comenzaron a escuchar risas y música. "- ¿Qué es ese sonido?" - preguntó Lia. El Ratón Luis explicó: "- Son las hadas del bosque, ¡celebrando! Deberíamos unirnos a la fiesta..."
Lia y sus nuevos amigos se dirigieron a la claridad en el bosque, donde una danza de luces brillantes giraba a su alrededor. Era un espectáculo encantador y Lia nunca había estado tan feliz. Se dio cuenta de que enfrentar sus miedos había cambiado su visión del mundo. Al final, Lia volvió a casa con el corazón lleno de alegría, una bolsa de gomitas de frutas y una gran historia que contar.
Desde ese día, Lia aprendió que a veces lo desconocido puede ser aterrador, pero también puede esconder increíbles aventuras y amistades. Y además, conocer el bosque encantado no era tan aterrador como la gente decía, porque la valentía y la amabilidad pueden iluminar los lugares más oscuros.
FIN.