Lia Luna y el Arcoíris Encantado



Era un día soleado en el Bosque Brillante, donde Lia Luna, una niña de 3 años, decidió salir en busca del arcoíris que había visto desde su ventana. Con su pequeña mochila llena de golosinas y una gran sonrisa, Lia se adentró en la aventura, sin imaginar las sorpresas que la esperaban.

Mientras caminaba, de repente, se topó con un grupo de nogmos, unos seres pequeños y animals que estaban intentando levantar una piedra enorme.

"Hola, ¿qué les pasa?" - preguntó Lia con curiosidad.

"¡Hola!", respondió uno de los nogmos. "Necesitamos ayuda para mover esta piedra, pero es muy pesada."

"¡Yo puedo ayudar!" - exclamó Lia, echándose las manitas a la cintura. Con un poco de esfuerzo, Lia y los nogmos lograron mover la piedra, revelando un hermoso sendero.

"¡Gracias, Lia! Si sigues este camino, encontrarás algo mágico en el bosque" - dijo uno de ellos.

Continuando su camino, Lia se encontró con un grupo de hadas que estaban volando alrededor de una flor gigante. "¡Hola, haditas! ¿Qué hacen?" - preguntó Lia emocionada.

"Estamos organizando un baile de flores para celebrar la llegada del arcoíris" - respondió una de las hadas con un brillo en sus ojos.

"¿Puedo unirme a ustedes?" - pidió Lia.

"¡Claro! Pero primero, necesitamos que recojas unas cuantas flores del prado" - contestó la hada. Lia, entusiasmada, corrió a recolectar flores coloridas y rápidamente las trajo de vuelta. Las hadas la agradecieron y le enseñaron algunos pasos de baile antes de que ella siguiera su camino.

Más adelante se encontró con una princesa que estaba sentada en una roca, llorando. "¿Por qué estás triste?" - preguntó Lia preocupada.

"Estoy atrapada aquí porque no puedo encontrar el camino de regreso a mi castillo. ¡No veo el arcoíris!" - sollozó la princesa.

"No te preocupes, yo puedo ayudarte a encontrar el camino" - dijo Lia con firmeza. Juntas, buscaron pistas en el bosque, hasta que encontraron un mapa antiguo dibujado en la corteza de un árbol.

"¡Mirá! Aquí está el arcoíris, el castillo está cerca de la cascada" - dijo Lia emocionada.

"¡Eres una niña muy valiente!" - exclamó la princesa. Juntas, siguieron el mapa hasta llegar a la cascada, donde el agua brillaba como mil diamantes.

Al llegar al pie de la cascada, Lia escuchó un canto hermoso. Mirando dentro del agua, se encontró con unas sirenas.

"¡Hola, sirenas! ¿Qué bonito cantan!" - las saludó Lia.

"Gracias, Lia. Pero estamos tristes porque el arcoíris tiene que cruzar el lago y sin él, no podemos tener nuestra fiesta de agua" - dijo una sirena.

"¡Podemos hacer algo!" - sugirió Lia. "¿Qué tal si llevamos algunos de tus aros de burbujas en el aire para llamar al arcoíris?"

Así que, las sirenas usaron sus mágicas burbujas y Lia sopló con todas sus fuerzas. Poco a poco, el arcoíris comenzó a aparecer.

Justo entonces, un dragón inmenso voló por encima, aterrizando cerca de Lia y las sirenas. "¡¿Quién ha invocado al arcoíris? !" - preguntó el dragón, que parecía algo enfadado.

"¡Yo!" - dijo Lia, mirando al dragón sin miedo. "Estamos ayudando a la princesa y a las sirenas a celebrar con una fiesta. El arcoíris necesita cruzar el lago."

"No me gusta que lo molesten, pero podría ayudar si me prometen que el arcoíris se unirá a la fiesta" - dijo el dragón mientras se tranquilizaba.

"¡Eso haremos!" - respondió Lia. El dragón sonrió y, con un soplo de fuego, hizo una señal en el cielo, haciendo que el arcoíris brillara aún más.

"¡Hurra!" - gritaron todos, y el arcoíris se unió a la fiesta.

Al final del día, Lia se despidió de sus nuevos amigos, llevando consigo un puñado de flores, recuerdos y la promesa de que siempre ayudarían a quienes lo necesitaran. Sabía que la más grande aventura era hacer amigos y nunca evitar ayudar a los demás. "¡Adiós! Hasta la próxima aventura!" - gritó mientras miraba el arcoíris en lo alto del cielo, lleno de colores y sonrisas.

Y así, Lia Luna regresó a casa, con el corazón lleno de alegría y una nueva lección: ayudar a los demás siempre trae magia a la vida. Su búsqueda del arcoíris le había enseñado el valor de la amistad y la importancia de ser valiente. Desde entonces, supo que cada vez que mirara hacia el cielo y viera un arcoíris, recordaría la mágica aventura que había vivido.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!