Liam y la aventura de dos hogares
Había una vez un niño llamado Liam, que vivía en una casa muy linda con su mamá y su perrita Buffy. Un día, sus papás le dijeron algo que lo puso muy triste: se iban a separar. Liam no entendía bien qué significaba eso, pero su mami le explicó que aunque ya no estarían juntos, siempre lo amarían mucho a él. Liam se sintió confundido y preocupado.
Unos días más tarde, llegó el momento de que Liam vaya a visitar a su papá a su nueva casa. Al principio, se sintió un poco nervioso, pero cuando llegó allí, se dio cuenta de que también era un lugar muy acogedor. Papá le mostró su nueva habitación y juntos decoraron un espacio especial para Liam. Al principio se le hacía extraño no ver a sus papás juntos todos los días, pero poco a poco se acostumbró a tener dos hogares.
Liam descubrió que podía disfrutar de cosas divertidas tanto en la casa de mamá como en la de papá. En casa de mamá, solían cocinar juntos y jugar con Buffy. En casa de papá, jugaban a la pelota y hacían muchas piruetas. Liam se sentía muy querido en ambos lugares.
Un día, Liam le contó a su mami que a veces se sentía triste porque extrañaba a su papá cuando estaba con ella, y su mamá le explicó que estaba bien sentirse así, pero que también era importante aprovechar al máximo el momento con cada uno de sus papás. Liam entendió que estaba bien sentirse triste, pero que también podía encontrar la felicidad en cada uno de sus hogares.
Con el tiempo, Liam aprendió que el amor no se dividía, sino que se multiplicaba. Aunque sus papás ya no estaban juntos, lo querían más que nunca. Liam se convirtió en un niño muy valiente y comprensivo, capaz de disfrutar de la magia de tener dos hogares. Con el amor de su mamá, su perrita Buffy y su papá, Liam descubrió que no importaba la cantidad de hogares, sino la cantidad de amor que había en su corazón.
FIN.