Líderes valientes

Agustina y Lucía eran dos mejores amigas que cumplían catorce años el mismo día. Como era de esperarse, decidieron celebrar juntas su cumpleaños con una gran fiesta en la casa de Agustina.

La madre de Agustina se encargó de preparar todo para la fiesta: decoraciones, comida, bebidas y música. Las chicas estaban muy emocionadas por la fiesta y no podían esperar a que llegaran todos sus amigos.

Finalmente, llegó el día de la fiesta y los invitados comenzaron a llegar uno por uno. Había mucha gente en la casa de Agustina, entre amigos y familiares. Todos estaban disfrutando del ambiente festivo y divirtiéndose mucho.

Agustina y Lucía se encontraban jugando alrededor del patio cuando notaron que un grupo de chicos estaba molestando a uno más pequeño. Los chicos mayores le arrebataban su pelota constantemente mientras él intentaba recuperarla sin éxito.

Lucía se acercó al niño para preguntarle si necesitaba ayuda mientras Agustina fue a hablar con los chicos mayores. "¿Por qué están siendo tan crueles?", les preguntó ella con firmeza. Los chicos se sintieron avergonzados por las palabras de Agustina e inmediatamente devolvieron la pelota al niño más joven.

La situación fue resuelta gracias a la valentía de las dos amigas, quienes demostraron ser líderes responsables en su comunidad.

La fiesta continuó sin interrupciones después de ese momento, pero algo había cambiado dentro de ellas: sabían que tenían el poder para hacer lo correcto y defender a los que no podían hacerlo por sí mismos. Esa noche, mientras soplaban las velas de su pastel, Agustina y Lucía se sintieron más felices que nunca.

Habían tenido una gran fiesta con amigos y familiares, pero lo más importante era saber que habían hecho algo bueno por alguien más.

Desde ese día en adelante, las dos amigas continuaron siendo líderes inspiradoras en su comunidad y siempre recordaron la importancia de ser valientes y hacer lo correcto.