Lila y el Misterioso Payaso
Era un día gris en la ciudad, con nubes negras que llenaban el cielo de lluvia. A pesar del mal tiempo, Lila, una nena de corazón alegre, estaba lista para divertirse. Con su remera rosa y sus botas violetas, salió al patio bajo el suave murmullo de la lluvia. A Lila le encantaba jugar, y ese día decidió hacer navegar su pequeño barquito de papel en los charcos que se formaban en la calle.
Mientras Lila jugaba, se imaginaba que era una gran capitana navegando por mares tormentosos. El barco bailaba en el agua, levantándose y cayendo con cada ola. "¡Vamos, barquito, no te rindas! ¡Vamos a conquistar el océano!" - gritaba Lila con entusiasmo.
De repente, un sonido extraño interrumpió su juego. Una risa estridente resonó en la calle. Lila miró hacia arriba y vio a un payaso con una gran nariz roja y un sombrero de colores. "¡Hola, pequeña!" - dijo el payaso, mientras se acercaba dando saltitos.
"Hola..." - respondió Lila algo intrigada pero divertida. "¿Quién sos?" -
"Soy Risi, el payaso que trae alegría y sorpresas. ¡Mira lo que tengo!" - dijo Risi, sacando de su sombrero un montón de globos de diferentes colores.
Lila se deslumbró y, olvidándose del barquito, se acercó.
"¡Wow! ¡Son hermosos!" - exclamó Lila, tocando uno de los globos.
"¡Seguro que sí! Pero hay algo que no todos saben..." - inició Risi, bajando la voz."Aunque parezca divertido y colorido, en este día de lluvia todo puede cambiar rápidamente. A veces, incluso un juego te puede llevar a una aventura inesperada." -
Intrigada por sus palabras, Lila lo miró con atención.
"¿Aventura?" - repitió, emocionada.
Pero de repente, el payaso dio un gran salto y con una risa estruendosa, dijo: "¡No te preocupes, pequeña! ¡No te voy a comer! Solo quiero que vivas una gran aventura. ¿Te gustaría venir conmigo?" -
Lila se quedó confundida. "¿A dónde?" -
"A un mundo donde los sueños se hacen realidad, donde la lluvia trae magia y sorpresas. ¡Sube a mi sombrero!" -
A pesar de que su madre siempre le decía que no hablar con extraños, la curiosidad era más fuerte. Lila dudó un momento, pero la idea de una aventura la sedujo. Lo pensó un día, y decidió dar el salto.
Así que, haciendo un profundo suspiro, se subió al sombrero del payaso. En un instante, la lluvia dejó de caer y el mundo a su alrededor cambió por completo. Se encontraban en un bosque lleno de colores brillantes, donde los árboles eran de caramelos y los ríos de chocolate.
"¡Bienvenida a la Tierra de los Sueños!" - exclamó Risi con entusiasmo. "Aquí todo es posible, pero primero deberás superar unos desafíos para conseguir tu premio final: ¡un festín de pizza!" -
Lila sonrió, pensando en su comida favorita. "¡Por la pizza, haré lo que sea!" -
Su primera prueba fue cruzar un puente hecho de chicles, que se movía con cada paso.
"¡Tenés que balancearte, como en un juego!" - grito Risi, animándola.
Con mucho cuidado, Lila logró cruzar sin caer. Ya del otro lado, se sintió más valiente que nunca.
"¡Buen trabajo, capitana! Ahora, en la siguiente prueba, tendrás que responder a una adivinanza del Árbol Sabio." -
Se acercaron a un gran árbol con hojas que susurraban. "Soy algo que ni se ve ni se toca, pero siempre hay en tu vida. ¿Qué soy?" - preguntó el árbol.
Lila pensó por un momento y respondió con confianza: "¡Es la amistad!" -
El árbol vibró de alegría dando frutos de jengibre como recompensa. Risi se rió alegremente. "¡Tenés razón! Te has ganado otro paso hacia la pizza." -
Finalmente, llegaron a un gran salón donde había un montón de paredes cubiertas de pizzas. Risi mostró a Lila un gran mapa. "Para obtener tu pizza debes encontrar la pizza dorada, la más especial de todas. ¿Estás lista?" -
Lila asintió, y siguió el mapa en un emocionante juego de escondite. Después de varios giros y travesuras, finalmente encontró la pizza dorada en medio de una pequeña cueva. "¡Lo logré!" - gritó feliz.
Risi se acercó y aplaudió "¡Eres increíble, Lila! Ahora, ¿qué te parece si hacemos una fiesta con todas las pizzas de este lugar?" -
Y así, mientras la lluvia caía nuevamente en el mundo real, Lila y Risi compartieron pizzas con todos los personajes del bosque: el árbol sabio, los gnomos danzarines, y los pájaros de colores. Todos rieron, se divirtieron y compartieron historias por horas.
Finalmente, Risi llevó a Lila de regreso a casa. "Recuerda, Lila: siempre que te atrevas a soñar y a aventurarte, grandes cosas pueden suceder. Nunca dejes de ser curiosa y valiente" -. Lila sonrió, saliendo del sombrero del payaso, sintiéndose más grande y fuerte que nunca.
De vuelta en su calle, donde la lluvia había cesado y el sol comenzaba a asomarse, Lila miró en el cielo y pensó en su aventura. "¡Voy a hacer un nuevo barquito y llevarlo a navegar!" - dijo, emocionada. Con esas palabras, Lila supo que cada día era una nueva oportunidad para explorar y vivir momentos mágicos, sin importar lo que ocurriera.
Y así, con su espíritu aventurero lleno de alegría, Lila siguió adelante, lista para enfrentar cada lluvia que pudiera caer.
FIN.