Lili y su fiel amigo
Había una vez una niña llamada Lili que vivía en un pequeño barrio lleno de casas de colores. Aunque su hogar era cálido y hermoso, Lili se sentía muy sola. No tenía amigos con quienes jugar, y sus papás trabajaban muchas horas, así que pasaba la mayor parte de su tiempo sola en casa.
Un día, mientras exploraba el parque cerca de su casa, Lili escuchó un pequeño gemido. Curiosa, siguió el sonido hasta encontrar un perrito pequeño y animal, color marrón claro, encogido detrás de un árbol.
"¡Hola, perrito! ¿Por qué estás solo?" - le preguntó Lili, agachándose para estar a su altura.
El perrito la miró con ojos tiernos y movió la cola.
"No tengo un hogar..." - pareció decir con su mirada triste.
Lili, conmovida por la situación del perrito, decidió llevárselo a casa. Pidió a sus papás que adoptaran al perrito, y después de algunas charlas, accedieron a que se quedara. Lili lo llamó —"Toby" y desde aquel día, se volvieron inseparables.
Toby era un compañero perfecto. Juntos exploraban el parque, jugaban a la pelota y Lili le contaba todo lo que pasaba en su vida.
"Vamos, Toby, ¡a la aventura!" - gritaba Lili con alegría cada vez que salían a jugar.
Un día, mientras jugaban, Lili y Toby decidieron explorar un lugar del parque que nunca habían visto. Al adentrarse en un sendero cubierto de flores, se encontraron con un grupo de niños jugando a la pelota. Lili sintió un poco de timidez. ¿Y si no la aceptaban?"No sé si debería acercarme, Toby. Tal vez no quieren jugar conmigo." - dijo, mirando a los niños.
Pero Toby, como siempre, fue su valiente compañero. Se acercó corriendo hacia ellos, moviendo la cola alegremente. Los niños, encantados, se pusieron a jugar con Toby.
"¡Qué lindo perrito! ¿Puedo acariciarlo?" - dijo uno de los niños, que tenía el cabello rubio y rizado.
Lili, al ver la sonrisa en el rostro de los niños, se animó y se acercó.
"¡Sí! Se llama Toby, es muy juguetón!" - exclamó Lili con una sonrisa.
Los niños invitaron a Lili a jugar. Jugaron a la pelota, corrieron y rieron mucho. Ese día, Lili cambió de ser una niña solitaria a formar parte del grupo de niños del parque. Todo gracias a la valentía de Toby.
Con el tiempo, Lili hizo nuevos amigos. Siempre llevaban a Toby con ellos y se aseguraban de que nunca se sintiera solo. Lili aprendió que a veces los miedos pueden ser superados, y que con un poco de valentía, se pueden hacer amistades maravillosas.
Sin embargo, un día, mientras jugaban, uno de sus nuevos amigos, un niño llamado Lucas, se cayó y se lastimó la rodilla. Lili sintió un escalofrío de preocupación.
"¡Lucas! ¿Estás bien?" - gritó.
Lucas no podía levantarse. Lili no sabía qué hacer, pero Toby, como el buen perro que era, se acercó y empezó a lamer la mano de Lucas, haciéndolo reír.
"No te preocupes, estoy bien, solo un rasguño. ¡Gracias, Toby!" - dijo Lucas aún con una sonrisa, mientras Lili lo ayudaba a levantarse.
"Siempre hay que cuidar a los amigos, ¿no?" - dijo Lili, sintiéndose muy orgullosa de su perrito.
Así fue como Lili no solo ganó un amigo para toda la vida, sino también un grupo de amigos que siempre estaría a su lado. Aprendió que la amistad es uno de los tesoros más valiosos y que los momentos difíciles se pueden enfrentar juntos, apoyándose los unos a los otros.
Desde ese día, Lili y Toby vivieron muchas más aventuras juntas, todas llenas de risas, amistad y alegría. Lili ya nunca se sintió sola y siempre llevaba a Toby en su corazón, su amigo más leal.
FIN.