Literal, el mejor regalo de mi vida



En la hermosa ciudad de Bella Airosa, donde las hojas de los árboles comenzaban a caer con la llegada de septiembre, las calles se llenaban de colores patrios. Los buques de papel se paseaban por los arroyos, y los niños decoraban sus casas con banderas. En medio de toda esta alegría, un niño llamado Ale esperaba con ansias el nacimiento de su primo.

-Ale, ¿ya pensaste en qué nombre le pondrás a tu primo? -le preguntó su mejor amiga, Lila, mientras recolectaban hojas secas para hacer un mural en la escuela.

-Por supuesto, quiero que se llame Literal -respondió Ale, sonriendo de oreja a oreja.

-¿Literal? -preguntó Lila, con una ceja levantada- ¿No es un nombre un poco raro?

-No, ¡es perfecto! Literal es un nombre que significa —"exactamente" . Quiero que mi primo sea alguien que diga siempre la verdad y que sea justo.

A medida que se acercaba el gran día, Ale se preparó con mucho amor y dedicación. Había creado un álbum de recuerdos para su primo, lleno de dibujos, canciones y cartas. El día del nacimiento, él y Lila decidieron llevar el álbum al hospital.

Cuando llegaron, la sala fue un revuelo de risas y emoción. -¡Hola, mamá! -exclamó Ale al ver a su tía sonriendo con su bebé en brazos- ¡Te traigo un regalo!

La tía sonrió y le pasó al bebé a Ale. Con mucho cuidado, él lo miró a los ojos y dijo: -¡Hola, Literal! ¿Vas a ser el mejor primo del mundo?

Literal abrió sus ojos, como si entendiera, y todos en la sala rieron. Ale sabía que quería que su primo fuera una inspiración para él. Pero, a medida que pasaban los días, se dio cuenta de que el pequeño Literal no podía hablar ni correr. En vez de sentirse decepcionado, Ale decidió que, aunque no pudiera comunicarse, había algo más que podía hacer: mostrarle la belleza de la vida.

Las semanas pasaron y Ale comenzó a incluir a Literal en sus aventuras. -No importa que no hables, vamos a explorar el parque -le decía mientras le mostraba mariposas y flores. Literal sonreía con su mirada, y Ale podía sentir cómo su primo disfrutaba de cada momento.

Un día, mientras estaban en el parque, Ale vio a un grupo de niños jugando y decidió presentarle a Literal. -¡Hola a todos! ¡Quiero que conozcan a mi primo, Literal! -gritó emocionado.

Los niños se acercaron. -¿Por qué se llama así? -preguntó uno de ellos.

-Porque siempre dice la verdad -le explicó Ale.

-¿Es un superhéroe? -preguntó otra niña emocionada.

-¡Sí! -respondió Ale con entusiasmo- Literal es el mejor primo del mundo y va a hacer cosas increíbles.

Los niños comenzaron a jugar todos juntos, y Ale se dio cuenta de que, aunque Literal no podía hablar, estaba llenando su vida y la de los demás de alegría. A medida que pasaban más días y más aventuras, Literal se convertía en un mejor amigo para todos.

Un día, mientras jugaban, un grupo de chicos se burló de Literal. -¿Por qué no habla? -se rieron.

Ale se puso firme. -¡Alto! Cada uno de nosotros tiene algo único que ofrecer. Literal tiene un gran corazón y es un amigo increíble. ¡No necesitamos palabras para sentir el cariño!

Los niños quedaron en silencio y, poco a poco, se dieron cuenta de que Ale tenía razón. Así, comenzaron a incluir a Literal en sus juegos y a valorar su compañía.

Con el tiempo, Ale comprendió que el verdadero regalo que le había dado su primo no era solo su nombre, sino la lección de que la felicidad no siempre necesita palabras. Desde ese día en adelante, Ale y Literal jugaron juntos, exploraron, rieron y, sobre todo, enseñaron a otros que la amistad puede ser una lengua universal.

Así, el nombre Literal se convirtió en una leyenda en Bella Airosa. Cada año, cuando llegaba septiembre, todos se reunían para celebrar la independencia y también la singularidad del primo de Ale. Literal, sin saberlo, había cambiado el rumbo de muchas vidas simplemente siendo quien era: una fuente de amor y alegría.

Ale miraba a su primo y sonreía. -Gracias, Literal, por ser el mejor regalo de mi vida.

Y así, en la Bella Airosa, los colores patrios y la amistad florecieron, mostrando que el amor y la aceptación son los más grandes tesoros que uno puede tener.

FIN.

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