Lito y sus amigos defensores


Había una vez un pequeño campo lleno de animales amigables. En ese lugar, todos vivían en armonía y se ayudaban mutuamente.

Había conejos que saltaban por el pasto, pájaros que cantaban melodías alegres y mariposas que revoloteaban entre las flores. Uno de los habitantes más queridos del campo era Lito, un caracol muy curioso y valiente. Lito siempre tenía ganas de explorar y descubrir nuevos lugares, pero también era muy responsable con sus amigos animales.

Un día soleado, mientras Lito paseaba cerca del río, escuchó unos ruidos extraños provenientes del bosque. Curioso como siempre, decidió ir a investigar.

Al llegar al borde del bosque, vio a su amigo Rafa el conejo escondido detrás de un árbol. —"Lito" , dijo Rafa asustado, "hay cazadores en el bosque intentando atraparnos". Lito sintió un escalofrío recorrer su caparazón. Sabía lo peligroso que podían ser los cazadores para sus amigos animales.

Sin pensarlo dos veces, decidió buscar ayuda para protegerlos. Corrió hacia la pradera donde estaban jugando las mariposas y les contó lo que estaba sucediendo. "¡Tenemos que hacer algo!", exclamó Lito preocupado. Las mariposas intercambiaron miradas preocupadas antes de tomar una decisión.

"Vamos a volar hasta el gran roble donde vive Don Pajarote", propuso Margarita la mariposa líder. Don Pajarote era el ave más sabia y fuerte del campo. Si alguien podía ayudarlos, era él.

Mientras tanto, en el bosque, los cazadores se acercaban cada vez más a Rafa y a los demás animales indefensos. "¡Tenemos que escondernos!", gritó Rafa asustado. Todos comenzaron a buscar lugares seguros para protegerse del peligro.

Lito se metió en su caparazón mientras pensaba en cómo salvar a sus amigos. De repente, un grito resonó en el aire: "¡Cuidado con las mariposas!". Era Don Pajarote volando hacia ellos con todas las mariposas siguiéndolo de cerca.

Las alas de Margarita brillaban bajo la luz del sol mientras lideraba al grupo. "¡No permitiré que lastimen a mis amigos del campo!", exclamó Don Pajarote resuelto. El ave sabia y valiente se posó frente a los cazadores y desplegó sus alas imponentes.

Con un fuerte graznido, ahuyentó a los intrusos y los hizo huir despavoridos. Los animales del campo salieron de sus escondites lentamente, todavía temerosos pero aliviados. Lito salió de su caparazón y corrió hacia Don Pajarote para darle las gracias por salvarlos.

"Gracias por venir en nuestra ayuda", dijo Lito emocionado. "Sin ti y las mariposas, hubiéramos estado en serios problemas". Don Pajarote sonrió amablemente y respondió: "En el campo siempre nos cuidamos unos a otros. Todos somos amigos aquí".

Desde ese día, todos los animales del campo aprendieron la importancia de la amistad y la solidaridad. Se prometieron protegerse mutuamente y nunca permitir que nadie les hiciera daño.

Y así, el pequeño campo siguió siendo un lugar lleno de amor y compañerismo, donde todos vivían en armonía gracias a los valores que habían aprendido juntos. Y Lito, el caracol valiente, siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos en cualquier momento que lo necesitaran.

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