Llamados a Ser Más



Érase una vez, en el tranquilo pueblo de Arcoíris, un grupo de amigos: Luisa, Tomás, Sofía y Leo. Eran inseparables y siempre estaban en busca de aventuras. Un día, mientras exploraban el bosque cercano, encontraron un viejo árbol con un letrero que decía: "Llamados a ser más".

- ¿Qué significa esto? -preguntó Luisa, rascándose la cabeza.

- No lo sé, pero me hace sentir que tenemos que hacer algo especial -contestó Tomás con emoción.

Sofía, que siempre tenía buenas ideas, propuso:

- ¡Y si hacemos algo que ayude a nuestro pueblo! Podríamos organizar un día de limpieza en el parque.

A todos les pareció genial. Así que se pusieron a trabajar. El día llegó y, con guantes y bolsas, se dirigieron al parque.

Mientras limpiaban, se dieron cuenta de que no eran los únicos que necesitaban ser más. Algunos niños del barrio estaban jugando cerca y dejaron su basura regada por todos lados.

- Miren, ellos también pueden ayudarnos -dijo Leo, señalando a sus vecinos, pero eran un poco perezosos y no querían moverse de sus juegos.

Sofía, decidida, se acercó a ellos.

- ¡Hola! ¿Quieren ayudarnos a limpiar el parque? Después podemos jugar todos juntos. -dijo con una sonrisa.

Los niños la miraron y dudaron un momento, pero finalmente accedieron. Al ver la energía de Sofía, decidieron unirse a la causa. Tomás tuvo una idea brillante:

- Hagamos una competencia. El equipo que recoja más basura gana un helado.

Todos se emocionaron y comenzó la carrera. Nadie esperaba que se divertirían tanto mientras hacían algo tan sencillo como recoger basura. El parque parecía renacer, la energía de los niños se hacía palpable.

Después de un par de horas, el parque estaba reluciente. Todos estaban cansados, pero felices. Se sentaron en un banco a descansar.

- Chicos, esto estuvo muy bueno. ¡Hicimos una gran diferencia! -dijo Luisa, sonriendo.

- Claro, y nunca pensamos que limpiar podría ser tan divertido -agregó Leo, con una mirada de satisfacción.

Entonces, Tomás miró el árbol desde lejos y reflexionó:

- El letrero decía "Llamados a ser más" y creo que cumplimos. No solo limpiamos el parque, sino que también unimos a todos para hacer algo grande juntos.

Sofía, emocionada, sugirió:

- ¡Podríamos hacer esto otra vez! Sería genial hacer campañas para cuidar el entorno y ayudar a la comunidad.

Y así, lo que comenzó como una simple limpieza se convirtió en una tradición en Arcoíris. Cada semana, se reunían para hacer algo especial por el pueblo. Con el tiempo, incluso se animaron a plantar flores y árboles.

El llamado a ser más había despertado el espíritu de ayudar y juntos comenzaron a transformar su hogar en un lugar aún más hermoso.

Los cuatro amigos aprendieron que a veces se necesita un pequeño empujón para dar un gran paso. Que ser parte de una comunidad implica cuidarla. Con cada acción, sin darse cuenta, inspiraban a otras personas a unirse a su causa.

Y así, “Llamados a ser más” se convirtió en su lema y en el símbolo de la amistad y el compromiso que tienen hacia el mundo y hacia ellos mismos.

Fin.

FIN.

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