Lobo y el Misterioso Celular de Arándano



Había una vez en el mágico Bosque de los Arándanos, un lobo llamado Loby que era diferente a los demás lobos. Loby no quería cazar ovejas ni asustar a los conejitos; él estaba más interesado en la tecnología. Un día, mientras caminaba por el bosque, encontró algo brillante entre los arbustos.

"¿Qué será eso?" - se preguntó curiosamente."¡Es un celular!" - exclamó emocionado al recogerlo. Era un celular extraño, decorado con dibujos de arándanos y flores.

Loby no sabía cómo usar un celular, pero estaba decidido a aprender. Cuando llegó a casa, comenzó a tocarlo con su patita. De repente, la pantalla se encendió y vio un video.

"¡Mirá, Loby!" - dijo su amiga la ardilla, Salu, que había llegado justo en ese momento. "¡Está mostrando recetas de postres de arándano!"

"¡Qué genial! Me encantaría hacer un postre para todos en el bosque", respondió Loby, imaginándose haciendo a todos felices.

Decidido a hacer un postre, Loby salió a buscar los ingredientes. Primero fue a ver a su amigo Roby, el conejo, que siempre tenía zanahorias frescas.

"-Hola, Roby, ¿me das algunas zanahorias para mi postre?" - pidió Loby.

"Por supuesto, Loby, pero ¿por qué tan curioso hoy?" - preguntó Roby, intrigado.

"¡Encontré un celular! Quiero hacer un postre de arándanos y zanahorias para todos", respondió Loby con mucha ilusión.

Siguió su camino y encontró a la señora Osa, que tenía una deliciosa miel.

"-Buenos días, señora Osa, ¿puedo tener un poco de miel para mi postre?" - le preguntó Loby.

"Claro, querido, pero ¿seguro que sabes cocinar?" - preguntó la señora Osa, un poco preocupada.

"¡Sí! Puedo aprender!" - aseguró Loby con confianza.

Con los ingredientes listos, Loby se puso a trabajar mientras seguía mirando videos en el celular. Pero pronto se dio cuenta de que no todo salía como esperaba. La masa quedó pegajosa, la miel demasiado dulce y las zanahorias estaban por todas partes.

"-¡Ay, qué hice! No sé si esto va a funcionar..." - gemía Loby.

De repente, llegó Salu.

"-¿Qué te pasó, Loby?" - preguntó, sorprendida al ver el desorden.

"-No puedo hacerlo, es muy difícil..." - se lamentó Loby.

Salu sonrió con cariño.

"-No te rindas tan fácil, Loby. Quizás solo necesites un poco de ayuda. ¿Te gustaría que te ayudemos?" - sugirió Salu.

Loby pensó por un momento y decidió que sí. Llamó a sus amigos: Roby, la señora Osa y hasta al pájaro Pipo que siempre sabía hacer cosas fantásticas.

Con todos trabajando juntos, comenzaron a mezclar los ingredientes y darles forma. La diversión era contagiosa, y pronto el bosque se llenó de risas y alegría. ¡Finalmente, lo lograron!"-¡Miren ese hermoso pastel!" - exclamó Pipo al ver la creación deliciosa.

Cuando el postre estuvo listo, Loby lo llevó a la plaza del bosque, donde todos sus amigos lo estaban esperando.

"-¡Hola, amigos! Hice algo especial para ustedes", dijo orgulloso Loby, mientras todos se acercaban.

El sabor del pastel de arándano fue un éxito rotundo. Todos disfrutaron de la deliciosa mezcla que Loby y sus amigos habían preparado juntos. Aquella tarde, Loby se sintió muy feliz no solo por el postre, sino también por la experiencia de compartir con sus amigos.

"-¡Esto fue muy divertido! No tengo que hacer las cosas solo" - dijo Loby con una gran sonrisa.

"-Así es, la amistad nos hace más fuertes y nos da más ideas buenas", asintió Salu.

Loby decidió que usaría el celular solo para encontrar nuevas recetas para hacer más comidas, pero siempre con la ayuda de sus amigos. Y así, el lobo que alguna vez fue solitario, se convirtió en el mejor chef del Bosque de los Arándanos, siempre apoyado por sus amigos.

Y cada vez que se sentía un poco inseguro o perdido, recordaba cómo, juntos, podían lograr cualquier cosa. Así, Loby aprendió que si trabajamos en equipo y no tenemos miedo de pedir ayuda, no hay límites para lo que podemos lograr.

Desde entonces, el bosque nunca dejó de oler a arándano y miel, y siempre había algo delicioso para compartir.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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