Lola, el hada mariposa de las alas arcoíris


Había una vez una niña llamada Lola, que era morena y tenía el pelo rizado. Pero lo más extraordinario de Lola es que era un hada mariposa con alas arcoíris.

Su mamá, quien la amaba profundamente, siempre le decía: "Lola, tú eres especial y tienes el poder de hacer felices a todos los que te rodean". Aunque Lola no tenía papá, su mamá y su abuela se aseguraban de darle todo el amor y apoyo que necesitaba.

Además, tenía muchos amigos en el bosque encantado donde vivía. Había duendes juguetones, hadas traviesas y animales mágicos que siempre estaban dispuestos a acompañarla en sus aventuras.

Lola amaba la naturaleza y soñaba con hacer del mundo un lugar mejor. Un día soleado, mientras volaba entre las flores del jardín de su casa, escuchó un triste llanto proveniente del otro lado del bosque. Rápidamente fue hacia allí para descubrir qué estaba pasando.

Al llegar al lugar, encontró a un niño llamado Lucas sentado bajo un árbol llorando desconsoladamente. Lola se acercó lentamente y preguntó: "¿Qué te pasa? ¿Puedo ayudarte?" Lucas levantó la mirada sorprendido al ver a una hada mariposa frente a él.

"Estoy muy triste porque me siento solo", respondió Lucas sollozando. "No debes sentirte así", dijo Lola con ternura. "Tú también puedes hacer feliz a mucha gente". "¿De verdad?", preguntó Lucas curioso.

"¡Claro que sí!", exclamó Lola. "Todos tenemos el poder de hacer felices a los demás, solo hay que encontrar la manera". Lola y Lucas pasaron horas conversando y compartiendo historias.

Poco a poco, Lucas comenzó a sentirse mejor y se dio cuenta de que no estaba solo. Tenía a Lola como amiga y juntos podrían hacer cosas maravillosas. Decidieron organizar un picnic en el bosque para compartir su alegría con otros niños y niñas.

Invitaron a todos sus amigos del bosque encantado, así como a los niños del pueblo cercano. Prepararon comida deliciosa, juegos divertidos y regalos especiales para cada uno. Cuando llegó el día del picnic, el bosque se llenó de risas y sonrisas.

Los niños disfrutaban corriendo entre los árboles, jugando con las hadas traviesas y riendo junto a los duendes juguetones. Lola volaba por todas partes esparciendo polvo mágico que hacía brillar aún más las sonrisas en los rostros de todos.

Lucas se sentía feliz al ver cómo su tristeza había sido reemplazada por alegría gracias al amor y amistad que había encontrado en Lola y en todos sus nuevos amigos.

Desde aquel día, Lola continuó haciendo su misión de hacer feliz a todo el mundo dondequiera que fuera. Aprendió que no importa quién seas o cómo te veas, siempre puedes marcar la diferencia con pequeños gestos de bondad hacia los demás.

Y así fue como la niña morena con pelo rizado, quien resulta ser un hada mariposa con alas arcoíris llamada Lola, junto a su mamá, su abuela y sus amigos del bosque encantado, lograron hacer un mundo mejor lleno de amor y felicidad.

Y aunque el tiempo pasó y Lola creció, siempre recordaría aquellos días mágicos en los que descubrió el poder de hacer feliz a los demás.

Y cada vez que veía una mariposa volando por el cielo, sabía que era su abuela y su abuelo del cielo enviándole un mensaje de amor desde lo más alto.

Dirección del Cuentito copiada!