Lola la oruga que cumplió su sueño
Había una vez una pequeña oruga llamada Lola que vivía en un hermoso jardín. Ella era muy curiosa y siempre se preguntaba qué había más allá de las hojas verdes y las flores coloridas.
Un día, mientras exploraba el jardín, Lola se encontró con una mariposa volando elegantemente entre las plantas. Quedó maravillada por su belleza y gracia al volar. Desde ese momento, Lola soñó con convertirse en una mariposa también.
Lola sabía que para transformarse en una mariposa, debía pasar por un largo proceso llamado metamorfosis. Entonces decidió buscar ayuda y le preguntó a su papá cómo podría lograrlo. "Papá, quiero ser como esa hermosa mariposa", dijo Lola emocionada.
"¿Cómo puedo convertirme en una?"Su papá sonrió cariñosamente y le explicó: "Querida Lola, para convertirte en una mariposa debes formar un capullo alrededor de tu cuerpo y esperar pacientemente a que ocurra la transformación".
Lola siguió los consejos de su papá y empezó a construir su capullo con mucho esfuerzo. Durante ese tiempo, ella reflexionaba sobre todo lo que aprendería durante su proceso de cambio. Pasaron los días y finalmente llegó el momento tan esperado.
El capullo se abrió lentamente revelando a la nueva Lola: ahora era una preciosa mariposa con alas multicolores. Llena de alegría, Lola desplegó sus alas y comenzó a volar por todo el jardín.
Se sintió libre y feliz al dejar atrás su vida de oruga y descubrir las maravillas que el mundo tenía para ofrecerle. Mientras volaba, Lola se encontró con un blando llamado Benito. Él era muy amable y se convirtieron en grandes amigos.
Juntos, exploraron el jardín, visitaron nuevas flores y compartieron historias divertidas. Un día, mientras conversaban sobre sus vidas antes de convertirse en mariposas, Lola mencionó lo agradecida que estaba por haber pasado por la metamorfosis.
Le contó a Benito cómo había superado sus miedos y cómo ahora podía disfrutar plenamente de su nueva vida. Benito sonrió y dijo: "Lola, tu historia es inspiradora. Me has enseñado que todos podemos transformarnos si trabajamos duro y creemos en nosotros mismos".
A partir de ese momento, Lola decidió ayudar a otras orugas que soñaban con convertirse en mariposas. Les contaba sobre su propia experiencia e incluso les mostraba cómo construir sus propios capullos. Con el tiempo, más orugas siguieron los pasos de Lola y se transformaron en hermosas mariposas.
El jardín se llenó de colores vibrantes y risas felices gracias al valor y determinación de Lola.
Y así fue como nuestra pequeña oruga llamada Lola dejó atrás su antigua vida para convertirse en una valiente mariposa llena de amor y sabiduría. Su historia nos recuerda que todos tenemos la capacidad de cambiar y alcanzar nuestros sueños si confiamos en nosotros mismos.
FIN.