Lola, la valiente jirafa



Había una vez en la sabana africana, una jirafa llamada Lola. Lola era muy alta y elegante, pero tenía un gran problema: siempre estaba asustada. Cualquier ruido o movimiento brusco la hacía temblar de miedo.

Un día, mientras Lola caminaba por el bosque, escuchó un fuerte rugido proveniente de los arbustos. Su corazón empezó a latir rápidamente y su cuerpo se paralizó del miedo. -¡Ay, ay! ¿Qué fue eso? -exclamó Lola con voz temblorosa.

De repente, apareció detrás de los arbustos un león llamado Leo. Leo era valiente y amigable, pero como todos los leones tenía un rugido potente que podía asustar a cualquiera. -¡Hola Lola! ¿Cómo estás? -saludó Leo con una sonrisa.

Lola intentó responderle pero solo pudo balbucear algunas palabras incomprensibles debido al susto que aún sentía. -No te preocupes, no voy a hacerte daño. Solo quería saludarte -dijo Leo tratando de tranquilizarla.

Poco a poco, Lola comenzó a relajarse y su miedo se fue disipando. Se dio cuenta de que no todos los ruidos eran peligrosos y que algunos podrían incluso ser amigos dispuestos a ayudarla.

A partir de ese día, Lola decidió enfrentar sus miedos y aprender más sobre el mundo que la rodeaba. Buscó consejo en sus amigos animales para superar su ansiedad y comenzó a explorar nuevos lugares en la sabana sin temor alguno. Un día caluroso, Lola decidió acercarse al lago para beber agua fresca.

Pero cuando llegó, vio a una cría de cocodrilo atrapada enredada en unas ramas. -¡Ayuda! ¡Por favor, ayúdame! -gritaba la pequeña cría con lágrimas en los ojos. Lola sabía que tenía que superar su miedo y ayudar al pobre cocodrilito.

Se acercó lentamente y extendió su largo cuello hasta alcanzar las ramas que lo aprisionaban. Con un movimiento hábil, logró liberarlo. -¡Muchísimas gracias, Lola! Eres muy valiente -dijo el cocodrilito emocionado.

Desde ese día, Lola se convirtió en la heroína de la sabana africana. Todos los animales conocían su valentía y coraje para enfrentar sus miedos. Incluso aquellos que antes temían a Lola por su altura ahora le pedían ayuda y consejo.

Con el tiempo, Lola se dio cuenta de que no solo había superado sus miedos, sino que también había inspirado a otros a hacer lo mismo.

Aprendió a confiar en sí misma y descubrió que dentro de ella había un espíritu valiente capaz de enfrentar cualquier desafío. Y así fue como Lola dejó atrás su vida como jirafa asustada para convertirse en una fuente de inspiración para todos los animales de la sabana africana.

Desde entonces, nunca más volvió a temerle al mundo exterior y vivió felizmente rodeada del amor y admiración de sus amigos animales.

FIN.

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