Lola y el milagro del pajarito



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de verdes campos y altas montañas, una niña llamada Lola que vivía junto a su abuela Juana en una humilde casita de madera.

A pesar de no tener muchas comodidades, ambas eran muy felices y disfrutaban de la tranquilidad y belleza del campo. Un día, mientras Lola ayudaba a su abuela en el huerto plantando semillas de tomate, escucharon un ruido proveniente del bosque cercano. Intrigadas, decidieron ir a investigar.

Al adentrarse entre los árboles, descubrieron a un pajarito herido con el ala lastimada. Sin dudarlo, Lola lo recogió con cuidado y lo llevó de vuelta a casa. -Abuelita, encontré a este pajarito herido en el bosque.

¿Podemos cuidarlo hasta que se mejore? -preguntó Lola con preocupación. -¡Claro que sí, mi niña! Vamos a hacer todo lo posible para que se recupere -respondió la abuela Juana con ternura.

Durante días, Lola y su abuela cuidaron al pajarito con esmero: le daban agua fresca, semillas y lo mantenían abrigado en una cajita cerca del fuego. Poco a poco, el pajarito comenzó a recuperarse gracias al cariño y dedicación de las dos mujeres.

Una mañana soleada, cuando el pajarito ya estaba completamente curado, batió sus alas con fuerza y salió volando por la ventana hacia la libertad. Lola y su abuela lo observaron emocionadas mientras desaparecía entre las nubes.

-¡Lo logró! Estoy tan feliz de haber podido ayudarlo -exclamó Lola saltando de alegría. -Sí, querida. Nunca subestimes el poder de tu bondad y compasión hacia los demás -le dijo la abuela Juana con orgullo en sus ojos arrugados por los años vividos.

A partir de ese día, Lola entendió que incluso las acciones más pequeñas podían tener un impacto positivo en el mundo que la rodeaba.

Se prometió a sí misma ser amable y solidaria con todos los seres vivos, tal como lo había sido con el pajarito herido. Y así, entre risas y canciones bajo el sol del campo, Lola creció aprendiendo valiosas lecciones de vida junto a su sabia abuela Juana.

Juntas formaban un equipo inseparable capaz de enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

Espero hayan disfrutadode esta historia llena de amor sinceroque nos enseña que siempre es buenoser amable y generoso, como nuestra heroína, la niña campesina llamada Lola, y su querida abuela Juana, en esa humilde casita donde juntas vivían felices para siempre. Fin

FIN.

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