Lola y el pajarito herido



Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde vivía una niña llamada Lola. Lola era una niña muy especial, llena de alegría y energía.

A pesar de tener solo seis años, era increíblemente independiente y responsable. Desde muy temprana edad, Lola había aprendido a alimentarse sola, vestirse por sí misma y asearse sin la ayuda de nadie.

Su familia siempre la había alentado y valorado sus habilidades para ser autónoma en todas estas tareas cotidianas. Un día, mientras jugaba en el parque del pueblo con sus amigos, Lola se encontró con un pajarito herido. Sin dudarlo, lo recogió con cuidado y decidió llevarlo a casa para curarlo.

Al llegar a su hogar, le pidió ayuda a su mamá para cuidar al pajarito enfermo. "Mamá, encontré a este pajarito herido en el parque. ¿Podemos curarlo juntas?", preguntó Lola con preocupación en su voz.

Su mamá sonrió orgullosa de la iniciativa de su hija y juntas prepararon todo lo necesario para cuidar al pequeño pajarito. Día tras día, Lola se encargaba de darle de comer, limpiar su jaula y asegurarse de que estuviera cómodo y seguro.

Con el paso del tiempo, el pajarito sanó gracias a los cuidados amorosos de Lola y su mamá. El día que el pajarito estaba listo para volar nuevamente, todos se reunieron en el jardín para despedirlo.

El pajarito revoloteó feliz por unos instantes antes de elevarse en el aire y emprender vuelo hacia el horizonte. En ese momento, Lola sintió una gran satisfacción por haber ayudado a aquel ser indefenso y frágil.

"Gracias por enseñarme que podemos hacer grandes cosas cuando actuamos con amor y responsabilidad", dijo Lola mirando al cielo donde ya no se veía al pajarito.

Desde ese día, Lola siguió demostrando su autonomía no solo en las tareas diarias del hogar sino también ayudando a quienes más lo necesitaban en Villa Esperanza. Su familia siempre la apoyaba y reconocía sus esfuerzos porque sabían que tenía un corazón valiente capaz de hacer grandes cosas.

Y así fue como Lola creció siendo un ejemplo de autonomía, responsabilidad y solidaridad para todos los niños del pueblo, inspirando a cada uno a descubrir sus propias habilidades especiales para hacer del mundo un lugar mejor donde todos puedan brillar con luz propia.

FIN.

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