¡Lola y el valiente pinchazo!
Había una vez una niña llamada Lola, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Lola siempre había sido una niña alegre y llena de energía, pero últimamente se había estado sintiendo un poco débil y cansada.
Su mamá, preocupada por su salud, decidió llevarla al médico.
El doctor le hizo algunos exámenes y les explicó a Lola y a su mamá que la razón por la que se sentía tan débil era porque no tenía todas las vacunas necesarias para estar sana y fuerte. El doctor les recomendó ponerse al día con las vacunas lo antes posible.
Lola estaba un poco asustada por tener que recibir inyecciones, pero sabía que era algo importante para su salud. Decidió enfrentar sus miedos y convertirlo en una aventura emocionante. Al día siguiente, Lola se levantó temprano con mucha emoción.
Se puso sus zapatos más cómodos y su mochila favorita llena de juguetes para distraerse durante el viaje al centro de vacunación. Cuando llegaron al centro de vacunación, fueron recibidos por la enfermera Ana, quien era muy amable y sonriente.
Ella sabía lo nerviosa que se sentía Lola y decidió hacer todo lo posible para hacerla sentir segura. "¡Hola Lola! ¿Estás lista para comenzar tu aventura hacia una vida más saludable?"- preguntó la enfermera Ana. Lola sonrió tímidamente mientras asentía con la cabeza. "Sí, estoy lista"- respondió ella.
La enfermera Ana llevó a Lola a una sala colorida llena de dibujos y juguetes. Mientras la enfermera preparaba las vacunas, Lola jugaba con los juguetes y se distraía.
Cuando llegó el momento de recibir las inyecciones, Lola cerró los ojos con fuerza y apretó fuertemente la mano de su mamá. La enfermera Ana le hablaba suavemente mientras le administraba las vacunas, explicándole que estas pequeñas inyecciones ayudarían a protegerla de enfermedades y mantenerla sana.
Después de un par de minutos, Lola abrió los ojos y se dio cuenta de que ya había terminado. Se sorprendió al darse cuenta de que no había sido tan doloroso como imaginaba.
La enfermera Ana felicitó a Lola por ser valiente y le entregó un certificado especial por completar todas sus vacunas. "¡Felicitaciones, Lola! Ahora estás protegida contra muchas enfermedades peligrosas"- dijo la enfermera Ana con una sonrisa. Lola se sintió muy orgullosa de sí misma.
Sabía que había hecho algo importante para cuidar su salud y estar fuerte. Despidiéndose del centro de vacunación con una gran sonrisa en su rostro, Lola prometió seguir siendo valiente en cualquier situación desafiante que enfrentara en el futuro.
Desde ese día, Lola volvió a ser la niña llena de energía y alegría que solía ser. Comenzó a disfrutar aún más sus actividades diarias sin preocuparse por estar débil o enferma. Y así termina esta historia sobre cómo Lola superó sus miedos para recibir sus vacunas.
Nos enseña lo importante que es cuidar nuestra salud y cómo enfrentar nuestros miedos puede llevarnos a una vida más feliz y saludable.
FIN.