Lola y el valioso tesoro de la amabilidad


Lola era una niña curiosa y llena de energía que siempre llevaba una hermosa sonrisa en su rostro. Sin embargo, en su escuela, Lola había notado a un niño llamado Lucas que siempre estaba solo en el recreo.

No entendía por qué nadie quería jugar con él, pero notó que todos los demás niños lo ignoraban y, a veces, algunos de ellos incluso lo molestaban. Un día, Lola decidió acercarse a Lucas y preguntarle si quería ser su amigo.

Lucas, sorprendido, aceptó la invitación de Lola y juntos empezaron a divertirse y a compartir momentos increíbles. A medida que pasaban los días, Lola notó que Lucas estaba triste y cansado, y un día le preguntó qué le sucedía.

Lucas le confesó que estaba siendo maltratado por algunos niños de la escuela y que se sentía muy mal.

Lola se sintió angustiada al escuchar esto, pero en ese momento recordó algo especial que su abuelita le había contado: la importancia de tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. Con esta idea en mente, Lola decidió hablar con los demás niños y explicarles la importancia de ser amables y comprensivos.

Poco a poco, los niños comenzaron a darse cuenta de que su comportamiento hacia Lucas no era correcto, y juntos decidieron disculparse y empezar a incluirlo en sus juegos.

Desde ese día, todos en la escuela aprendieron a valorar la amabilidad y la importancia de cuidar los sentimientos de los demás. Lucas finalmente encontró amistad, apoyo y cariño, y Lola comprendió que, a veces, un pequeño gesto de amabilidad puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien.

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