Lola y la sabana multicolor
Erase una vez una bebé jirafa llamada Lola que vivía en la sabana africana. Desde el momento en que nació, Lola siempre se sintió diferente a las demás jirafas.
Mientras todas las demás tenían manchas marrones y amarillas, ella tenía manchas de colores brillantes como el arcoíris. Un día, cuando Lola era pequeña, decidió explorar más allá de su hogar habitual.
Se aventuró por la sabana y llegó a un bosque frondoso donde conoció a sus nuevos amigos: Pedro el elefante y Martina la cebra. Pedro miró a Lola con curiosidad y preguntó: "¡Hola! ¿Quién eres?"Lola sonrió tímidamente y respondió: "Soy Lola, una jirafa con manchas de colores".
Martina se acercó emocionada y exclamó: "¡Qué hermosa eres! Nunca había visto una jirafa tan colorida". Los tres amigos pasaron días maravillosos jugando en el bosque. Juntos descubrieron plantas exóticas, saltaron sobre charcos de agua y treparon árboles altos.
Pero un día mientras jugaban cerca del río, escucharon un grito desesperado. Corrieron hacia el sonido para encontrar a Simón, un león cachorro atrapado entre unas rocas grandes. "¡Ayuda! No puedo salir", lloriqueaba Simón.
Pedro rápidamente usó su trompa para empujar las rocas mientras Martina jalaba al leóncito hacia afuera. Finalmente lograron liberarlo sano y salvo. Simón, agradecido, les dijo: "Ustedes son mis héroes. ¿Cómo puedo agradecerles?"Lola sonrió y respondió: "No necesitas agradecernos, Simón. Estamos aquí para ayudarnos mutuamente".
A partir de ese día, los cuatro amigos se volvieron inseparables y juntos construyeron un refugio en el bosque donde todos los animales podían sentirse seguros y protegidos. Un día, mientras jugaban cerca del río nuevamente, vieron algo extraño flotando en el agua.
Era una botella con un mensaje adentro. Martina sacó el mensaje y lo leyó en voz alta: "-Queridos amigos, necesitamos su ayuda. La sabana está perdiendo sus colores y se está volviendo gris y aburrida.
Les rogamos que encuentren la forma de devolverle la alegría al paisaje. "Los amigos se miraron unos a otros con determinación en sus ojos. "¡Tenemos que hacer algo!" exclamó Pedro.
Así que comenzaron a investigar cómo podían devolverle los colores a la sabana. Después de mucho buscar e investigar descubrieron que había plantas mágicas escondidas en las profundidades del bosque. Con valentía y trabajo en equipo lograron encontrar las plantas mágicas y regresaron a la sabana para sembrarlas por todas partes.
Poco a poco, el paisaje comenzó a llenarse de colores vibrantes nuevamente. Las jirafas recuperaron sus manchas marrones y amarillas, pero Lola decidió mantener sus manchas de colores brillantes.
Se dio cuenta de que ser diferente era algo maravilloso y no tenía por qué cambiar. Con el paso del tiempo, la sabana se convirtió en un lugar hermoso y lleno de vida gracias al esfuerzo de Lola y sus amigos.
Todos los animales estaban agradecidos por su valentía y dedicación. Y así, Lola aprendió que la verdadera belleza radica en aceptarse a uno mismo tal como es y en ayudar a los demás.
Desde ese día, Lola siguió siendo una jirafa única con manchas de colores, pero también se convirtió en un símbolo de amistad y esperanza para todos los animales de la sabana africana.
FIN.