Lola y los guardianes del bosque encantado



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque, vivía una niña llamada Lola. Lola era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Lola encontró una antigua estatua escondida entre los árboles. La estatua representaba a una bailarina con los brazos extendidos y las piernas en posición de ballet. Lola se acercó a la estatua y notó que tenía inscripciones extrañas en su base.

Decían: "Si quieres descubrir los secretos del bosque, haz movimientos con tu cuerpo". Intrigada por estas palabras misteriosas, Lola decidió probarlo. Comenzó a mover sus brazos como si estuviera bailando ballet y para su sorpresa, la estatua cobró vida.

¡La bailarina comenzó a danzar junto a ella! Emocionada por esta nueva amiga inesperada, Lola siguió moviendo su cuerpo al ritmo de la música imaginaria que sonaba en el bosque.

Juntas recorrieron el lugar, saltando sobre piedras y balanceándose en ramas altas. Mientras caminaban más adentro del bosque, llegaron a un claro donde había otras dos estatuas: un león majestuoso y un pájaro colorido. Lola recordó las palabras grabadas en la base de la primera estatua y decidió intentarlo nuevamente.

Esta vez hizo movimientos fluidos con su cuerpo imitando al león rugiente y ¡sorpresa! El león también cobró vida. El león parecía amistoso y comenzó a caminar junto a Lola y la bailarina.

Juntos, se adentraron aún más en el bosque hasta llegar al último claro, donde encontraron una estatua de un árbol gigante. Lola sabía lo que debía hacer. Hizo movimientos suaves con sus brazos, imitando las ramas del árbol meciéndose al viento.

Y como antes, la estatua cobró vida. El árbol comenzó a hablar con una voz cálida y amigable.

Les contó a Lola y sus nuevos amigos que cada estatua representaba algo especial en el bosque: la bailarina simbolizaba la belleza y la gracia; el león representaba el coraje y la valentía; y el árbol personificaba la sabiduría y la conexión con la naturaleza.

Guiados por estas cualidades, los cuatro se embarcaron en una misión para proteger el bosque de cualquier peligro o daño. Juntos, enseñaron a los visitantes sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y respetar cada ser vivo que habitaba allí.

Con el tiempo, más personas se unieron a su causa e hicieron movimientos con su cuerpo para despertar otras estatuas escondidas en diferentes lugares del bosque. De esta manera, formaron un equipo fuerte que trabajaba juntos para preservar este tesoro natural tan querido por todos.

Y así fue como Lola descubrió no solo los secretos del bosque sino también su propia fuerza interior al moverse con su cuerpo. Aprendió que cada uno tiene habilidades únicas para contribuir al mundo y que cuando nos unimos, podemos lograr grandes cosas.

Desde aquel día, Lola y sus amigos continuaron protegiendo el bosque y transmitiendo su mensaje a todos los que se encontraban en su camino. Y así, el bosque floreció y se convirtió en un lugar lleno de vida, amor y respeto por la naturaleza.

FIN.

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