Lorenzo y sus amigos del jardín



Había una vez un niño llamado Lorenzo que nunca había ido al jardín. Él vivía en una pequeña casa con su madre y su abuela, quienes trabajaban todo el día para mantenerlos a ambos.

Un día, la abuela de Lorenzo se dio cuenta de que él necesitaba socializar más y aprender cosas nuevas, así que decidió llevarlo al jardín. Lorenzo estaba emocionado por ir al jardín por primera vez. Al llegar, vio muchos niños corriendo y jugando felices.

Pero cuando intentó acercarse a ellos, se sintió intimidado y no sabía qué hacer. - Hola -dijo una niña rubia con ojos azules-. ¿Cómo te llamas? - Soy Lorenzo -respondió tímidamente. - ¡Genial! Yo soy Sofía.

¿Quieres jugar conmigo? Lorenzo sonrió tímidamente y aceptó la invitación de Sofía. Jugaron juntos durante horas y pronto se convirtieron en amigos inseparables del jardín.

Pero un día, mientras jugaban a la pelota, un niño mayor les arrebató la pelota de las manos y los empujó hacia el suelo. Los dos niños cayeron al piso lastimándose levemente. - ¡Hey! ¡Eso no está bien! -dijo Sofía enojada mientras ayudaba a Lorenzo a levantarse del suelo.

- Cállate tú también chiquita o te va a pasar lo mismo -amenazó el niño mayor antes de alejarse con la pelota bajo el brazo. Los dos niños estaban asustados e incómodos después del incidente.

Decidieron contarle a la maestra del jardín lo que había sucedido. La maestra escuchó atentamente y les aconsejó hablar con sus padres sobre el acoso escolar o bullying. Lorenzo y Sofía siguieron el consejo de la maestra y hablaron con sus padres.

Ellos les explicaron que no debían permitir que nadie los lastimara, física o emocionalmente, y que siempre debían buscar ayuda si tenían algún problema. Después de eso, Lorenzo se sintió más seguro en el jardín. Continuó jugando con Sofía y haciendo nuevos amigos.

Aprendió muchas cosas nuevas en el jardín, como compartir, trabajar en equipo y ser amable con los demás. Finalmente, llegó el día de graduación del jardín. Lorenzo estaba muy emocionado por este evento especial.

Él recibió un diploma junto a sus compañeros de clase y disfrutó de una gran fiesta para celebrar su logro.

Al final del día, mientras volvían a casa, la abuela de Lorenzo le preguntó cómo se había sentido durante su tiempo en el jardín:- Me sentí feliz -respondió Lorenzo sonriendo-. Hice muchos amigos nuevos y aprendí muchas cosas divertidas. La abuela sonrió al escuchar esto y supo que llevarlo al jardín fue la mejor decisión que pudo haber tomado.

Desde ese día en adelante, Lorenzo nunca tuvo miedo de hacer amigos ni enfrentarse a situaciones difíciles gracias al apoyo constante de su familia y amigos del jardín.

FIN.

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