Los 5 Cerditos y la Fiesta de los Números



Érase una vez en un hermoso campo verde, donde vivían cinco cerditos adorables. Cada uno tenía su propio color: uno era rosado, otro azul, otro amarillo, el cuarto naranja y el quinto violeta. Un día, decidieron organizar una fiesta y querían que fuera la mejor de todas.

"¡Quiero una fiesta llena de amigos!" – dijo el cerdito rosado.

"¡Y dulces!" – gritó el cerdito azul.

"¡Globos de colores!" – exclamó el cerdito amarillo.

"¡Y música para bailar!" – dijo el cerdito naranja.

"¡No olvidemos la torta!" – añadió el cerdito violeta, emocionado.

"Primero, tenemos que contar cuántos invitados vamos a invitar", sugirió el cerdito rosado. Así que se acomodaron en círculo y empezaron a pensar en sus amigos.

"Yo tengo 1 amigo, el pato Pipo" – dijo el cerdito rosado.

"Yo tengo 2 amigos, el gato Gato y el perro Pupi" – agregó el cerdito azul.

"Yo tengo 3 amigos, las tres ranas saltarinas: Rana, Rani y Rino" – se unió el cerdito amarillo.

"Yo tengo 4 amigos, los cuatro conejitos brincadores" – dijo el cerdito naranja.

"¡Y yo tengo 5!" – gritó el cerdito violeta, ¡sin perder tiempo! Los cinco cerditos comenzaron a contar juntos.

"1 pato, 2 gatos y perros, 3 ranas, 4 conejitos, y 5 patitos de goma que también pueden venir" – contaron.

Los cerditos estaban muy emocionados, pero de repente el cerdito rosado se preocupó:

"¿Y si no tenemos suficiente comida para todos?"

"No te preocupes, ¡podemos contar la comida también!" – dijo el cerdito azul.

Decidieron que necesitarían:

"1 torta gigante", empezó el cerdito amarillo;

"3 bandejas de galletitas", siguió el cerdito naranja;

"¡Y 2 litros de jugo de fruta natural!" – terminó el cerdito violeta.

Los cinco cerditos contaron de nuevo:

"¡1 torta, 3 bandejas y 2 litros de jugo!".

"Eso hace un total de... ¡6 cosas ricas para comer!" – exclamaron juntos.

Justo cuando estaban listos para ir a comprar la comida, el cielo se oscureció y comenzó a llover.

"¡Oh, no!" – dijo el cerdito amarillo,

"No podremos tener la fiesta al aire libre" – agregó el cerdito rosado.

"¡No se preocupen!" – sonrió el cerdito violeta.

"Podemos hacer la fiesta en la casa del abuelo, su garage es enorme y allí caben todos!"

Así que, emocionados, se pusieron a contar los objetos que necesitarían llevar a casa de su abuelo:

"5 sombreros divertidos" – dijo el cerdito azul;

"3 juegos para jugar" – dijo el cerdito naranja;

"2 manteles coloridos" – añadió el cerdito rosado;

"Y mil sonrisas de alegría" –remató el cerdito amarillo.

Así que, después de preparar todas las cosas, los cinco cerditos llegaron a casa de su abuelo y todo estaba listo para la fiesta. La lluvia hizo que la casa se llenara de risas y música.

Los amigos contaron cuántas veces bailaron, cuántas galletitas comieron y cuántos cuentos escucharon. A medida que pasaba el tiempo, los cerditos aprendieron a contar más y más. Terminaron la fiesta sumando la cantidad de felicidad que compartieron.

Al final de la noche, todos los cerditos estaban cansados pero felices y exclamaron:

"¡Y pensar que empezamos contando cinco cerditos juntos!"

"¡Qué increíble fiesta!" – agregó el cerdito violeta –

"¡Y cuántos amigos hicimos!"

Los cerditos sonrieron, sabiendo que la diversión del contar y compartir siempre los acompañaría en sus aventuras. Y así, el cuento de los cinco cerditos se convirtió en una de las historias más queridas de la granja.

Y colorín colorado, este cuento se ha contado.

FIN.

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