Los Aldeanos de la Sombra
En un mundo de bloques y aventuras, había una apacible aldea llamada Bloqueville, donde los aldeanos vivían felices, cultivando tierras y comerciando entre ellos. Sin embargo, un día, un misterioso dragón oscuro llamado Zoltar llegó a la aldea y, al ver la felicidad de los aldeanos, decidió apoderarse de ella. Con un poderoso hechizo, cerró todas las puertas de la aldea y los aldeanos quedaron atrapados.
Los aldeanos, aunque asustados, no se dieron por ven-cidos. En el centro de la aldea, el anciano Aldor, conocido por su sabiduría, reunió a todos:
"Queridos amigos, no podemos perder la esperanza. Debemos encontrar una manera de salir de aquí y enfrentar a Zoltar. ¿Quién tiene alguna idea?"
La joven aldeana Lila, siempre llena de creatividad, levantó la mano:
"Yo tengo una idea. Podríamos construir algo que nos ayude a escapar. Tal vez un globo de aire caliente. Pero necesitamos la ayuda de todos juntos."
Los aldeanos comenzaron a trabajar. Era cuestión de unir fuerzas. Mientras algunos llenaban bolsas con calabazas, otros cortaban madera y tejían lana. Sin embargo, la tarea no era fácil, y muchos comenzaron a desanimarse.
"¿Y si no lo logramos?" - dijo un aldeano llamado Tomás, que estaba temeroso.
"Si no lo intentamos, nunca lo sabremos" - le respondió Lila con determinación. "Vamos, ¡fuerza! Cada bloque que unimos es un paso más cerca de nuestra libertad!"
Días pasaron mientras los aldeanos trabajaban sin cesar. Con ingenio y mucho esfuerzo, lograron construir un enorme globo de aire caliente. Pero cuando llegó la hora de elevarse, se dieron cuenta de que no contaban con suficiente aire caliente para despegar. Cuando todo parecía perdido, Aldor tuvo otra idea.
"¿Y si usamos el fuego de la fogata central? Si movemos la fogata hacia el globo, tal vez podamos generar el calor suficiente para elevarnos."
Todos se pusieron a trabajar nuevamente. Juntaron leña y trajeron llamas hacia el globo. De pronto, el globo comenzó a elevarse lentamente. Sin embargo, en ese momento, Zoltar apareció volando, sus ojos brillaban de furia.
"¡No pueden irse! Esta es mi aldea ahora!" - rugió el dragón.
A pesar del miedo, Lila levantó la voz:
"¡Zoltar! No estamos aquí para pelear. Solo queremos regresar a casa y vivir en paz. ¿Por qué no simplemente te unes a nosotros y encontramos una forma de convivir?"
Zoltar se quedó en silencio, sorprendido por la valentía de Lila. "¿Conviviendo? Pero yo solo sabía hacer que la gente me temiera..."
"Todos tenemos algo que aportar, incluso tú. Tal vez podrías enseñarnos sobre cielos y montañas, en lugar de aterrarnos con tu sombra." - sugirió Aldor.
Después de un largo momento de reflexión, Zoltar finalmente cedió. "Está bien, lo intentaré. Vamos a construir juntos un lugar donde todos podamos vivir en armonía."
Con la ayuda de Zoltar, los aldeanos empezaron a reconstruir la aldea. El dragón, habiendo aprendido sobre la amistad y la colaboración, reveló su habilidad para ayudar a cultivar los campos desde el aire y proteger la aldea de peligros externos. Con el tiempo, la aldea se convirtió en un lugar próspero, donde todos, incluidos los aldeanos y Zoltar, vivían felices.
Y así fue como aprendieron que, a veces, lo desconocido puede convertirse en una gran oportunidad si abrimos nuestro corazón y trabajamos juntos.
"Gracias, Lila, por tu valentía. Sin vos no lo hubiésemos logrado" - dijo Tomás, mientras todos celebraban.
"Solos somos fuertes, pero juntos somos invencibles" - concluyó Lila con una sonrisa, mientras miraban el bello atardecer sobre su nueva hogar.
FIN.