Los amigos de la playa


Había una vez cuatro amigas muy unidas: Ana, Sofía, Martina y Valentina. Un día decidieron ir juntas a la playa para disfrutar del sol y el mar.

Al llegar, se pusieron sus trajes de baño y corrieron hacia la orilla del mar. Se divirtieron jugando con las olas y construyendo castillos de arena. También se animaron a hacer algunas acrobacias en la playa mientras reían sin parar.

Después de un rato, decidieron tomar un descanso bajo una sombrilla y comer algo. Fue entonces cuando notaron que faltaba uno de los sándwiches que habían preparado para compartir. "¿Quién se comió mi sándwich?", preguntó Ana. "Yo no fui", respondió Sofía. "Tampoco yo", dijo Martina.

"Entonces debe haber sido alguien más", sugirió Valentina. Pero cuando revisaron las bolsas de comida, se dieron cuenta de que también faltaban otras cosas como galletitas y frutas.

Las chicas comenzaron a preocuparse porque alguien había estado robando su comida. Decididas a descubrir quién era el ladrón, idearon un plan: fingirían estar dormidas bajo la sombrilla mientras mantenían vigilancia desde sus escondites. Así podrían atrapar al culpable sin ser vistas.

Al cabo de unos minutos escucharon algunos ruidos cerca de sus cosas. Lentamente abrieron los ojos para ver lo que estaba pasando y vieron a un niño pequeño tomando su comida. Las chicas estaban sorprendidas pero decidieron actuar con paciencia.

En lugar de regañarlo o asustarlo, se acercaron al niño y le preguntaron por qué había tomado su comida. El niño les explicó que estaba solo en la playa y no tenía nada para comer.

Las chicas entendieron su situación y decidieron compartir lo que habían traído. Juntos disfrutaron de una merienda deliciosa mientras charlaban sobre sus aventuras en el mar.

Al final del día, las amigas regresaron a casa con una gran lección aprendida: siempre hay que ser amables con los demás y ayudar cuando alguien necesita algo. Además, descubrieron que incluso en situaciones difíciles como un robo, es posible encontrar soluciones pacíficas si se trabaja juntos.

Desde ese día, las cuatro amigas se comprometieron a seguir cuidándose mutuamente y a compartir todo lo que tuvieran con quienes lo necesitaran. Y así vivieron felices para siempre.

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