Los amigos de la pradera

En una hermosa pradera, vivían seis animalitos muy especiales. Había un conejito llamado Pancho, una ardilla llamada Lola, un ratoncito llamado Tito, un pajarito llamado Pepito, una mariposa llamada Melisa y un sapito llamado Rulo.

A pesar de vivir tan cerca, no todos se llevaban bien. Pancho el conejito siempre se burlaba de la forma en que Lola la ardilla saltaba de rama en rama. "Eres tan torpe, deberías aprender a saltar como yo, rápido y ágil".

Tito el ratoncito siempre estaba molesto porque Pepito el pajarito cantaba tan alto que no lo dejaba dormir en las noches. "Cállate, Pepito, no puedes cantar tan alto, ¡me despiertas a todos!".

Por su parte, Melisa la mariposa se sentía triste cada vez que Rulo el sapito le saltaba encima al verla volar. "¡Cuidado, Rulo! No ves que así haces que se caigan mis escamas". Y así, la pradera no era un lugar tan armonioso como parecía.

Un día, una gran tormenta se acercó a la pradera. Todos los animalitos estaban asustados y no sabían qué hacer. De repente, Pancho el conejito propuso: "Deberíamos unirnos y buscar refugio juntos, solo así podremos salir adelante".

Todos se miraron entre ellos y asintieron, sin embargo, no fue fácil.

Tuvieron que ayudarse mutuamente: Lola usó su agilidad para buscar un refugio seguro, Pepito cantó para distraerlos del miedo, Tito buscó comida para todos, Melisa les dio coloridas alas con sus palabras y Rulo saltó con agilidad para recolectar hojas. En medio de la tormenta, comprendieron que, a pesar de sus diferencias, juntos eran más fuertes. Finalmente, la tormenta pasó y los seis amigos estaban a salvo.

Desde ese día, aprendieron a valorar las cualidades únicas de cada uno, y se convirtieron en los mejores amigos de la pradera. Se dieron cuenta de que, al trabajar juntos y aceptar sus diferencias, podían superar cualquier obstáculo.

Y así, la pradera se llenó de risas, canciones y juegos, porque entendieron que la verdadera amistad no conoce de diferencias, solo de corazones unidos. Moraleja: La verdadera amistad se basa en la aceptación y el trabajo en equipo, donde las diferencias se convierten en fortalezas.