Los amigos del bosque



Había una vez un oso llamado Benito que vivía en el bosque. Benito era conocido por ser extremadamente glotón y siempre estaba buscando comida para llenar su gran barriga.

Un día, mientras caminaba por el bosque, encontró una cueva escondida entre los árboles. El oso se acercó a la cueva y decidió entrar para descansar un poco. La cueva era espaciosa y acogedora, perfecta para tomar una siesta después de tanto comer.

Benito se tumbó en el suelo y rápidamente se quedó dormido. Mientras dormía, comenzó a soñar con montañas de deliciosos alimentos: miel dorada goteando de los panales, peces frescos saltando en el río y frutas jugosas colgando de los árboles.

El estómago de Benito gruñía solo de pensarlo. De repente, escuchó un ruido proveniente de fuera de la cueva.

Se despertó sobresaltado y vio a un grupo de animales que también habían encontrado refugio allí: un zorro astuto llamado Zorro, una ardilla traviesa llamada Ardillita y un conejo audaz llamado Conejito. "¡Hola! ¿Quiénes son ustedes?" preguntó Benito con curiosidad. Zorro respondió primero: "Soy Zorro, el más listo del bosque. "Ardillita dijo emocionada: "¡Yo soy Ardillita! Me encanta trepar por los árboles.

"Conejito agregó con orgullo: "Y yo soy Conejito, el más veloz de todos. "Benito sonrió y les invitó a sentarse junto a él.

Comenzaron a conversar y rápidamente se dieron cuenta de que tenían algo en común: todos estaban buscando comida. "¡Yo tengo una idea!" dijo Benito emocionado. "Si trabajamos juntos, podemos encontrar mucha más comida de la que podríamos encontrar por nuestra cuenta". Zorro asintió con sabiduría: "Tienes razón, Benito.

Si unimos nuestras habilidades, podremos conseguir mucho más alimento para todos". Los cuatro amigos salieron de la cueva y comenzaron su búsqueda de comida. Zorro usó su astucia para encontrar los mejores lugares donde esconderse y acechar a sus presas.

Ardillita trepaba por los árboles rápidamente para recolectar nueces y frutas. Conejito saltaba velozmente entre los arbustos para atrapar zanahorias y otras verduras. Con trabajo en equipo, cada día encontraban más comida de la que cualquiera podría imaginar.

Pero lo mejor no era solo la cantidad de alimentos que conseguían, sino el tiempo que pasaban juntos como amigos. A medida que avanzaba el tiempo, Benito comenzó a darse cuenta de algo importante: no necesitaba comer tanto como antes para sentirse satisfecho.

Descubrió que compartir la comida con sus amigos le llenaba el corazón tanto como llenaba su estómago.

Un día, mientras descansaban después de una exitosa búsqueda de alimentos, Benito miró a sus amigos y les dijo:"Amigos míos, gracias por enseñarme que hay cosas más importantes en la vida que solo comer sin parar. He aprendido que la amistad y el trabajo en equipo son mucho más valiosos". Zorro, Ardillita y Conejito sonrieron y asintieron con aprobación.

Juntos, habían descubierto que cuando se unen para ayudarse mutuamente, pueden lograr cosas maravillosas. Desde aquel día, Benito dejó de ser conocido como "el oso glotón" y pasó a ser "el oso generoso".

Y cada vez que alguien necesitaba ayuda en el bosque, Benito estaba allí para ofrecer su gran corazón y su sabiduría compartida.

Y así, los cuatro amigos siguieron viviendo aventuras juntos, recordando siempre que la verdadera riqueza no está solo en lo que tenemos sino en las conexiones que creamos con los demás.

FIN.

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