Los amigos del futuro

Había una vez en un mundo llamado Isekai, tres amigos: Pedro, Sofía y Martín. Vivían en una pequeña aldea rodeada de bosques y montañas.

Un día, mientras exploraban el bosque, encontraron un extraño androide del futuro que se había perdido. "¡Hola! ¿Están perdidos?" -preguntó Pedro al androide. "Sí, mi nave espacial se estrelló aquí. Necesito repararla para poder volver a casa" -respondió el androide.

Pedro, Sofía y Martín decidieron ayudar al androide a encontrar las piezas necesarias para reparar su nave espacial. Mientras buscaban las piezas por todo el bosque, Pedro comenzó a sentir cosas por Sofía y no sabía cómo decírselo. "Oye Sofía...

hay algo que quiero decirte" -dijo Pedro con timidez. "¿Qué pasa?" -preguntó Sofía curiosa. "Me gustas mucho... desde hace tiempo" -confesó Pedro sonrojado. Sofía quedó sorprendida pero también sintió lo mismo por Pedro.

Sin embargo, Martín también estaba enamorado de ella y no quería perderla sin luchar. Así comenzó un triángulo amoroso entre los tres amigos mientras seguían buscando las piezas para la nave del androide perdido.

Pero entonces llegó el giro de trama: descubrieron que la nave era en realidad un arma peligrosa que estaba siendo buscada por fuerzas oscuras del universo. Decidieron deshacerse de ella antes de que cayera en manos equivocadas pero eso significaba que el androide no podría volver a casa. "No te preocupes, amigo.

Puedes quedarte con nosotros en la aldea" -dijo Pedro al androide. El androide aceptó y se convirtió en un miembro más de la pequeña comunidad.

Mientras tanto, Pedro, Sofía y Martín aprendieron a superar sus sentimientos encontrados y a valorar su amistad por encima de todo. Finalmente, llegó el otoño-invierno y una gran tormenta azotó la aldea. Pero gracias a la ayuda del androide y su tecnología avanzada, lograron sobrevivir sin problemas.

Y así fue como descubrieron que las diferencias entre ellos no importaban cuando trabajaban juntos como amigos.

En el final inesperado, el androide logró arreglar su nave espacial pero decidió quedarse con ellos para seguir aprendiendo sobre la vida en ese mundo tan diferente al suyo. Y todos vivieron felices para siempre en esa pequeña aldea rodeada de bosques y montañas.