Los amigos del planeta desconocido



Había una vez dos amigos, Juan y Diego, que vivían en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Un día, mientras caminaban por el bosque, se dieron cuenta de que algo extraño estaba sucediendo.

No había pájaros cantando ni animales corriendo por los árboles. Todo estaba en silencio. "¿Qué está pasando aquí?", preguntó Juan. "No lo sé", respondió Diego. "Pero algo no está bien".

Continuaron caminando hasta llegar al centro del pueblo, pero encontraron todo vacío y abandonado. No había personas en las calles ni autos circulando. Parecía como si todos hubieran desaparecido de repente. "¡Esto es muy extraño!", exclamó Juan.

"Sí, parece que somos los únicos que quedamos en la tierra", dijo Diego con tristeza. Pasaron varios días explorando el pueblo y sus alrededores, buscando alguna pista sobre lo que podría haber pasado. Pero no encontraron nada.

Un día decidieron subir a la cima de la montaña más alta para ver si podían divisar algún rastro de vida o alguna señal de ayuda desde allí arriba. Al llegar a la cima, se sentaron a descansar y observar el paisaje. Fue entonces cuando notaron algo brillante en el cielo.

Era una nave espacial gigante acercándose lentamente hacia ellos. "¡Mira eso!", gritó Juan emocionado. La nave finalmente aterrizó frente a ellos y un extraterrestre salió de ella para hablar con ellos. "Hola amigos", dijo el extraterrestre amistosamente.

"Nosotros hemos estado observando su planeta por mucho tiempo. Hemos notado que la humanidad se está autodestruyendo y decidimos intervenir antes de que fuera demasiado tarde". "¿Qué podemos hacer ahora?", preguntó Diego con esperanza.

"Nosotros los llevaremos a un nuevo planeta, donde podrán comenzar una nueva vida", respondió el extraterrestre. Juan y Diego estaban emocionados ante la oportunidad de empezar de nuevo en un lugar desconocido pero lleno de posibilidades.

Así fue como los amigos abordaron la nave espacial y partieron hacia su nuevo hogar. En el camino, aprendieron muchas cosas nuevas sobre el universo y las diferentes especies que lo habitan.

También tuvieron tiempo para reflexionar sobre cómo cuidar mejor su planeta para evitar su propia extinción. Finalmente llegaron al nuevo planeta, donde encontraron vida abundante y una sociedad amistosa dispuesta a recibirlos. Juan y Diego se dieron cuenta de que nunca estarían realmente solos porque siempre tendrían el uno al otro.

Y así, comenzaron una nueva aventura juntos en este mundo desconocido pero lleno de oportunidades.

FIN.

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