Los amigos del sonido S


Había una vez en la selva un simpático zorro llamado Simón, que vivía junto a sus amigos, un mono llamado Santi y una serpiente llamada Sofía. Juntos conformaban el grupo de los tres mosqueteros de la selva.

Un día, mientras paseaban por el bosque, se encontraron con un pequeño sapo solitario llamado Sebastián. El pobre sapito estaba triste porque no tenía amigos con quienes jugar. Simón, Santi y Sofía decidieron acercarse a él para hacerle compañía.

"¡Hola, sapito! ¿Cómo te llamas?", preguntó Simón sonriendo. "M-me l-lamo S-Sebastián", tartamudeó el sapito. "¡Qué gusto conocerte, Sebastián! Soy Simón y estos son mis amigos Santi y Sofía", dijo Simón señalando a sus compañeros.

A partir de ese momento, los cuatro animales se volvieron inseparables. Jugaban juntos todos los días y se divertían explorando la selva en busca de aventuras emocionantes. Un día caluroso de verano, mientras caminaban cerca del río, escucharon un suave chillido proveniente del agua.

Se asomaron al borde del río y descubrieron a una pequeña tortuga atrapada entre unas ramas flotantes. "¡Ayuda! ¡No puedo salir!", exclamaba la tortuguita asustada.

Simón rápidamente ideó un plan para rescatarla: "Sofía, tú tienes un cuerpo largo y flexible. ¿Podrías estirarte hasta alcanzarla?"Sofía asintió con la cabeza y se deslizó suavemente hacia el río. Gracias a su larga cola, logró llegar hasta la tortuga y la ayudó a liberarse de las ramas.

La tortuga, feliz por ser rescatada, les agradeció diciendo: "Muchas gracias, amigos. Mi nombre es Susana y estaré eternamente agradecida con ustedes. ""¡No hay de qué! Estamos aquí para ayudarnos mutuamente", respondió Santi sonriendo.

A partir de ese momento, Susana se unió al grupo de los tres mosqueteros de la selva. Juntos vivieron muchas aventuras emocionantes y aprendieron lecciones valiosas sobre la amistad y el trabajo en equipo. Cada día practicaban ejercicios para mejorar su articulación del sonido —"S" .

Simón enseñaba juegos divertidos donde tenían que decir palabras que empezaran o tuvieran esa letra. Así, todos mejoraron su pronunciación y se volvieron expertos en el uso correcto del fonema —"S" .

Con el tiempo, los cinco amigos se convirtieron en una gran familia. Compartían risas, alegrías y también momentos difíciles. Pero siempre estaban ahí unos para otros, apoyándose sin importar lo que pasara.

Y así fue como Simón, Santi, Sofía, Sebastián y Susana demostraron que no importa cuánto tartamudeemos o tengamos dificultades al hablar; lo importante es tener amigos verdaderos que nos acepten tal como somos y nos ayuden a superar cualquier obstáculo. Ellos entendieron que juntos podían enfrentar cualquier reto con valentía e inteligencia.

Y así, con su amistad inquebrantable y su espíritu de aventura, vivieron felices para siempre en la maravillosa selva donde todo era posible.

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