Los amigos inesperados


Había una vez en un hermoso bosque de Argentina, un grupo de cabritas traviesas llamadas Lola, Luna y Lila. Estas cabritas eran muy curiosas y siempre estaban buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon un aullido proveniente del otro lado del bosque. Era el lobo Felicidad, que vivía solo y triste en una cueva. Las cabritas se miraron entre sí y decidieron ir a investigar qué le pasaba al lobo.

Cuando llegaron a la cueva del lobo Felicidad, encontraron que estaba llorando.

Se acercaron tímidamente y preguntaron: "¿Lobo Felicidad, por qué estás tan triste?"El lobo levantó la cabeza sorprendido por la visita de las cabritas y respondió con voz entrecortada: "Estoy triste porque todos en el bosque me tienen miedo y no tengo amigos". Las cabritas se compadecieron del lobo Felicidad y decidieron ayudarlo. Entonces dijeron: "Lobo Felicidad, nosotros queremos ser tus amigos. No tienes por qué estar solo".

El lobo se sorprendió ante esta muestra de amabilidad y aceptó la propuesta de las cabritas. Juntos comenzaron a pasar tiempo explorando el bosque, jugando juegos divertidos e incluso compartiendo comidas alrededor de una hoguera.

A medida que pasaban los días, el rumor sobre la amistad entre las cabritas traviesas y el lobo Felicidad se extendió por todo el bosque.

Los demás animales también empezaron a darse cuenta de que el lobo Felicidad no era tan malo como parecía. Un día, mientras las cabritas y el lobo exploraban una cueva oscura, escucharon un ruido extraño. Al acercarse con cautela, descubrieron a un pequeño conejito atrapado entre las rocas.

Lola, Luna y Lila trabajaron juntas para rescatar al conejito y lo llevaron de vuelta a su madriguera. El conejito estaba muy agradecido y les dijo: "Gracias por salvarme. Pensé que nunca más volvería a ver la luz del sol".

El conejito se convirtió en otro amigo más para las cabritas traviesas y el lobo Felicidad. Juntos formaron una pandilla inusual pero feliz en el bosque argentino. Con el tiempo, los demás animales del bosque también se unieron a esta gran amistad.

Descubrieron que no importa cómo seas o de dónde vengas, lo importante es ser buenos amigos y ayudarse mutuamente.

Y así, gracias a las cabritas traviesas, el lobo Felicidad encontró la verdadera felicidad en la amistad sincera de aquellos que antes le tenían miedo. Desde ese día en adelante, Lola, Luna y Lila fueron conocidas como las heroínas del bosque argentino; enseñando a todos que la amistad puede romper barreras y cambiar prejuicios. Y así vivieron felices para siempre.

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