Los Animales de la Granja



Había una vez una granja ubicada al borde de un bosque frondoso. En esta granja, vivían muchos animales que se llevaban muy bien entre ellos. Algunos eran ovíparos, como las gallinas que ponían huevos cada mañana, y otros eran vivíparos como las vacas que daban a luz a terneritos. En la granja también había un pato llamado Pato y una oveja llamada Oveja, quienes eran los mejores amigos.

Un día, Oveja, mientras pastaba, se acercó a Pato. "Hola, Pato. ¿Sabías que me encanta cuando tú y las gallinas cantan al amanecer?"-

Pato, con su característico grazia, respondió: "¡Claro! Pero no sólo eso, ¿te acuerdas de la última vez que todas las gallinas intentaron hacer un baile?"-

"¡Sí! Pero nunca lograron coordinarse. ¡Era tan gracioso!"- rió Oveja.

A medida que pasaba el tiempo, la granja se llenaba de vida. Las gallinas picoteaban granos de maíz, mientras las vacas masticaban hierba fresca. Los caballos corrían por el campo, y los patitos seguían a su madre, quack, quack.

Un día, todos los animales decidieron organizar una fiesta para celebrar la llegada de la primavera. "¿Qué te parece si hacemos una competencia de talentos?"- propuso Oveja emocionada.

"¡Buena idea!"- exclamó Pato. "Podemos mostrar nuestros talentos y luego disfrutar de un gran banquete"-

Los animales se pusieron a trabajar. Las gallinas ensayaron para cantar una linda canción, mientras que Pato planeaba hacer acrobacias en el estanque. Los caballos decidieron correr en una carrera amistosa y las vacas, aunque no eran las mejores para el canto, prometieron preparar sus mejores recetas de pasto fresco.

A medida que se acercaba la fecha de la fiesta, todos estaban emocionados, pero a Oveja le preocupaba que no todos los animales se sintieran incluidos. "¿Y si los patitos no pueden participar? Ellos son tan pequeños"- dijo Oveja un poco triste.

"No te preocupes, Oveja. Todos pueden participar! Los patitos también tienen mucho que ofrecer"- dijo Pato, intentando animar a su amiga.

El día de la fiesta, todos estaban listos. Las gallinas comenzaron con su canto, mientras que Pato se lanzó al agua para sus acrobacias. La carrera de los caballos fue asombrosa, y los pequeños patitos dieron un desfile de saltos y giros que hicieron reír a todos.

Después de los talentos, llegaron los banquetes. Había maíz, pasto fresco, hortalizas y agua fresca para todos. Todo parecía perfecto hasta que un viento fuerte se llevó parte de la comida. "¡Oh, no!"- exclamó Oveja. "¡Nuestra comida!"-

Pero los animales, en lugar de entristecerse, comenzaron a colaborar. "¡Vamos, amigos!"- gritó Pato. "Podemos buscar más hierba y granos en el campo!"-

Todos se pusieron manos a la obra y, juntos, recogieron más alimentos. Las gallinas picoteaban todo lo que encontraban y los caballos ayudaban a arrastrar el pasto.

Finalmente, lograron reunir suficiente comida para disfrutar de su fiesta. Al caer la noche, todos se reunieron alrededor de la fogata, riendo y contando historias. Oveja se sintió feliz al ver que no importa lo que pasara, cada uno tenía su lugar en la granja.

"Lo importante no es solo el talento, sino que todos juntos hagamos algo especial", dijo Oveja mientras miraba los rostros sonrientes de sus amigos.

Desde ese día, los animales de la granja supieron que la verdadera amistad y el trabajo en equipo podían superar cualquier dificultad y que cada uno, sin importar si era ovíparo o vivíparo, tenía algo valioso que aportar.

Y así, la granja se llenó de alegría, risas y mucho cariño. Y cada primavera, celebraban su fiesta recordando aquel día tan especial en que aprendieron que juntos eran más fuertes y felices.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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