Los Aventureros de la Higiene



En un colorido barrio llamado Saludilandia, vivían cuatro amigos: Tomi, Lila, Pablo y Ana. Eran conocidos como "Los Aventureros de la Higiene" porque siempre buscaban maneras de mantener su salud. Un día, decidieron que era hora de hacer una gran aventura.

"¡Vamos a buscar el Tesoro de la Salud!" - exclamó Tomi, emocionado.

"¿Cómo lo vamos a encontrar?" - preguntó Lila, mientras se acomodaba la coleta.

"Primero necesitamos aprender sobre hábitos saludables" - respondió Pablo, con una sonrisa.

"¡Sí! Es hora de buscar pistas en nuestro barrio!" - añadió Ana.

Los amigos se separaron para descubrir qué podían encontrar. Lila decidió ir al parque, donde vio a una abuela alimentando a las palomas.

"¿Por qué les das pan, abuela?" - preguntó Lila.

"Porque les encanta, pero lo más importante es que tú también debes comer frutas y verduras para crecer fuerte y sano!" - le contestó la abuela.

"¡Gracias, abuela!" - dijo Lila, sonriendo al recordar que su mamá siempre le decía lo mismo.

Mientras tanto, Tomi caminaba hacia la tienda de don Gustavo, donde vendía alimentos saludables. Al entrar, vio muchas frutas y verduras.

"¡Hola, don Gustavo!" - saludó Tomi.

"¡Hola, Tomi! ¿Sabías que comer colorido te hace feliz y saludable?" - preguntó don Gustavo.

"¡Lo tendré en cuenta!" - respondió Tomi, mientras llenaba su mochila con manzanas y zanahorias.

Pablo y Ana decidieron ir juntos a la biblioteca. Allí, encontraron un libro sobre higiene.

"Mirá esto, Ana!" - dijo Pablo, señalando una imagen sobre lavarse las manos.

"¡Sí! Siempre hay que lavarse las manos antes de comer y después de jugar" - respondió Ana con una gran sonrisa.

Satisfechos con lo que aprendieron, regresaron al centro del barrio, donde se encontraron todos juntos. Compartiéndolo todo, contaron lo que habían descubierto.

"¡Yo aprendí que debemos comer frutas y verduras!" - dijo Lila, contenta.

"Yo supe que debemos comer alimentos de colores, como dice don Gustavo" - agregó Tomi.

"Y yo descubrí que hay que lavarse las manos para estar sanos" - dijo Pablo.

"¡Y que nunca debemos olvidar cepillarnos los dientes después de cada comida!" - gritó Ana, recordando lo que también había aprendido.

De repente, un gran mar de globos apareció en el cielo. Los amigos miraron sorprendidos.

"¡Es un mensaje!" - dijo Lila, señalando al cielo.

Los globos formaron una frase: "¡El verdadero tesoro es cuidarse y seguir hábitos saludables!"

"¡Sí! Es nuestro tesoro de la salud!" - gritaron todos juntos.

Desde aquel día, Los Aventureros de la Higiene se comprometieron a seguir siempre sus descubrimientos y a cuidar de sí mismos y de sus amigos. Comenzaron cada día con una divertida rutina: lavarse las manos, desayunar frutas, jugar al aire libre y terminar siempre con un buen cepillado de dientes.

Y así, en Saludilandia, nadie se olvidó nunca que la salud es, sin duda, el mejor tesoro que puedes tener.

Colorín colorado, ¡este cuento se ha terminado!

FIN.

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