Los aventureros gorilas y el dinosaurio mágico



Había una vez en la selva un grupo de gorilas muy curiosos y aventureros. Siempre estaban buscando nuevas emociones y cosas por descubrir.

Un día, mientras exploraban el espeso bosque, escucharon un ruido extraño proveniente de detrás de unos arbustos. - ¿Qué será eso? - preguntó Simón, el gorila más valiente del grupo. - No lo sé, pero vamos a averiguarlo - respondió Lola, la gorila más inteligente.

Con mucho cuidado, se acercaron sigilosamente hacia los arbustos y se encontraron con algo que nunca habían visto antes: ¡un huevo gigante! - ¡Wow! ¿Qué creen que haya adentro? - exclamó Lucas emocionado. Justo en ese momento, el huevo comenzó a moverse y se abrió lentamente.

Para sorpresa de los gorilas, apareció un pequeño dinosaurio bebé. - ¡Es adorable! - dijo Martina con ternura. Los gorilas decidieron adoptar al pequeño dinosaurio y lo llamaron Dino. Juntos vivieron muchas aventuras increíbles.

Paseaban por la selva trepando a los árboles y saltando entre las ramas mientras Dino corría detrás de ellos intentando alcanzarlos con sus cortitas patitas.

Un día, mientras exploraban una cueva misteriosa en busca de tesoros escondidos, se encontraron con un peligroso T-Rex rugiendo furiosamente frente a ellos. Los gorilas sintieron miedo pero no querían dejar atrás a su amigo Dino. - ¡No te preocupes Dino! Vamos a protegerte - dijo Simón valientemente.

Los gorilas se unieron en un círculo alrededor de Dino, formando una barrera de protección. El T-Rex los miró con sorpresa y decidió no atacarlos. Aunque era el rey del lugar, sabía que los gorilas eran fuertes y estaban dispuestos a defenderse.

Desde ese día, el T-Rex se convirtió en su amigo y juntos exploraron la selva, enseñándose mutuamente cosas nuevas.

Los gorilas le mostraron al T-Rex cómo trepar árboles y saltar entre las ramas, mientras que el T-Rex les enseñó sobre la importancia de ser valientes y enfrentar sus miedos. Un día, mientras estaban jugando cerca de un río cristalino, vieron a unos cazadores furtivos intentando capturar animales salvajes para venderlos. Los gorilas sabían que tenían que hacer algo para detenerlos.

- ¡Vamos a luchar por nuestros amigos! - gritó Martina determinada. Con su fuerza y astucia, los gorilas lograron asustar a los cazadores furtivos y ahuyentarlos de la selva. Todos los animales celebraron su victoria y agradecieron a los gorilas por salvar sus vidas.

A partir de ese día, Simón, Lola, Lucas y Martina se convirtieron en héroes reconocidos en toda la selva. Los demás animales siempre acudían a ellos cuando necesitaban ayuda o consejos.

Y así termina nuestra historia: con cuatro valientes gorilas que nunca dejaron atrás a su amigo Dino y juntos aprendieron que la amistad, el coraje y la solidaridad son las claves para superar cualquier obstáculo.

FIN.

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