Los Campeones de la Ela52
En el pequeño pueblo de Young, un grupo de niños de 5to grado de la escuela Ela52 tenía un sueño: ganar el campeonato de fútbol de la ciudad. Eran un grupo diverso, donde cada uno aportaba sus talentos al juego. Juanito era el portero ágil y valiente, Lucía la capitana con espíritu de líder, y Axel, un delantero rápido y hábil con el balón.
Un día, durante el recreo, Lucía se acercó a sus amigos.
"¡Chicos! ¿Qué les parece si nos anotamos en el campeonato de fútbol?" - dijo con los ojos brillantes.
"¡Sí!" - gritó Axel. "Podemos ganar. Siempre jugamos bien en la plaza."
"Pero necesitamos practicar más. El campeonato es muy competitivo" - respondió Juanito, un poco preocupado.
"No importa, ¡lo haremos! Somos un buen equipo, solo tenemos que trabajar juntos" - agregó Lucía, con confianza.
Los niños se organizaron, y durante las siguientes semanas, se reunieron después de la escuela para practicar. El entrenador del equipo, su maestro de educación física, los ayudaba a mejorar sus habilidades.
"Recuerden, chicos, la clave es la comunicación y la confianza entre ustedes. Si se apoyan, ¡no hay duda de que pueden lograrlo!" - les decía mientras los observaba practicar.
El día del primer partido llegó. Estaban nerviosos.
"Vamos a dar lo mejor de nosotros" - les recordó Lucía mientras se ponían la camiseta del equipo.
El partido comenzó y, aunque el equipo contrario parecía fuerte, la Ela52 no se rindió. Juanito hizo paradas increíbles, Lucía organizaba la defensa y Axel, ¡anotó el primer gol!"¡Gol! ¡Esto es increíble!" - gritó Juanito, saltando de alegría.
Con cada partido, el entusiasmo crecía y la confianza en su equipo aumentaba. Pasaron a la siguiente ronda, luego a las semifinales. Pero en la semifinal, la presión era enorme. Se enfrentaban al equipo de los campeones del año pasado.
"Es nuestra gran oportunidad. ¡No dejemos que nos intimiden!" - alentó Lucía.
El partido fue muy reñido. El marcador estaba 1-1 y el tiempo se agotaba. En el último minuto, Axel recibió el balón y, tras un buen pase de Juanito, logró marcar el gol decisivo.
"¡Lo logramos! ¡Estamos en la final!" - gritaron todos juntos, abrazándose emocionados.
El día de la final llegó y el estadio estaba lleno. Los niños, más nerviosos que nunca, se miraron unos a otros antes de entrar al campo.
"Recuerden, somos un equipo. Jugar bien es más importante que ganar" - dijo Lucía, tratando de calmar a todos.
El partido comenzó y fue intenso. A los cinco minutos, el equipo contrario anotó un gol. Los niños se sintieron desalentados, pero Juanito levantó el ánimo.
"No podemos rendirnos. Cada minuto cuenta. Vamos, ¡a darlo todo!" - los animó.
Y así lo hicieron. Con esfuerzo y dedicación, comenzaron a recuperar el terreno perdido. En el segundo tiempo, lograron igualar el marcador, y la emoción era palpable.
En los últimos minutos, todos estaban a la expectativa. Axel, con el balón en los pies, se movía entre los defensores. Lucía gritó:
"¡Pasamelo! ¡Anotá, Axel!"
Axel realizó un drible que dejó atrás a dos adversarios y, cuando vio que la portería estaba desprotegida, lanzó la pelota con todas sus fuerzas. El balón se coló en la red. ¡Gol!"¡Gool! ¡Gool! ¡Gool!" - gritaban los amigos con todas sus fuerzas mientras se abrazaban en el campo.
El árbitro pitó el final del partido y el equipo de la Ela52 había ganado la Copa Uruguaya. Las tribunas estallaron en aplausos y ovaciones. Lucía, emocionada, tomó el micrófono y dijo:
"¡Este triunfo es para todos nosotros! Y lo más importante, nos enseñó que trabajando en equipo y apoyándonos, podemos lograr cualquier cosa."
Al final del campeonato, recibieron la copa y el reconocimiento. Pero para ellos, lo verdaderamente valioso fue la amistad que se forjó y las lecciones aprendidas.
"¡El año que viene, vamos por más!" - dijo Juanito mientras miraba la copa sostenida con orgullo.
Y así, el grupo de niños de la Ela52 no solo se convirtió en campeones, sino que también aprendieron que el verdadero triunfo estaba en la unión y el trabajo en equipo.
FIN.