Los Campeones del Patio



Había una vez un niño llamado Mateo, que tenía 6 años y cumplía años el 29 de junio.

Mateo era un niño moreno claro, delgado, con ojos marrones, cabello corto, una linda sonrisa y unos ojos brillantes que iluminaban su rostro. Mateo iba al colegio todos los días con mucha alegría. Le encantaba aprender cosas nuevas y pasar tiempo con sus amigos. Pero lo que más le gustaba en el mundo era jugar al fútbol.

Por eso, también asistía a clases de fútbol después de la escuela. Un día, mientras jugaba en el patio del colegio durante el recreo, Mateo vio a un niño nuevo que estaba solo en un rincón mirando triste hacia el suelo.

Se acercó a él y le dijo:- ¡Hola! ¿Cómo te llamas? El niño levantó la mirada sorprendido y respondió tímidamente:- Hola, yo soy Martín. - ¡Mucho gusto Martín! Soy Mateo.

¿Quieres venir a jugar conmigo y mis amigos? -le propuso Mateo con una gran sonrisa. Martín asintió emocionado y juntos se unieron al juego de los demás niños. Desde ese día, Martín se convirtió en uno más del grupo gracias a la amabilidad de Mateo.

Sin embargo, una semana después, durante una clase de fútbol algo inesperado sucedió. El entrenador anunció que habría un partido contra otro equipo el próximo sábado y debían elegir al capitán para liderarlos en la cancha.

Todos los niños estaban ansiosos por ser elegidos como capitán del equipo, pero para sorpresa de muchos, el entrenador eligió a Martín como capitán. Algunos chicos no entendían por qué había sido elegido alguien tan nuevo en el equipo.

Pero Mateo se acercó a Martín y le dijo:- ¡Felicidades por ser el capitán! Sé que harás un gran trabajo liderando al equipo. Martín sonrió nervioso pero feliz por las palabras de apoyo de su amigo Mateo.

Durante la semana siguiente practicaron duro para el partido y Martín demostró ser un excelente líder motivando a sus compañeros y trabajando en equipo. Llegó finalmente el esperado sábado del partido. El equipo rival era muy bueno y todos estaban nerviosos.

Pero bajo el liderazgo de Martín y con la ayuda incondicional de Mateo en la defensa, lograron ganar 3-2 en un emocionante encuentro.

Al finalizar el partido, todos los niños celebraron emocionados la victoria junto a Martín quien se sentía muy orgulloso de haber sido parte fundamental del triunfo gracias al apoyo incondicional de su amigo Mateo. Desde ese día en adelante, Martín se integró completamente al grupo gracias a la amistad sincera que surgió entre él y Mateo.

Aprendieron juntos que no importa cuánto tiempo lleves haciendo algo o si eres nuevo en algún lugar; lo importante es tener valentía para enfrentar nuevos desafíos con determinación y contar siempre con amigos verdaderos que te apoyen en cada paso del camino.

FIN.

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