Los campesinos y la vasija de oro




En un pequeño pueblo de la campiña argentina, vivían dos humildes campesinos llamados Juan y Marta. Un día, mientras araban la tierra, sus azadas chocaron con algo duro. Para su sorpresa, descubrieron una antigua vasija enterrada en la tierra.

Al abrirla, brillantes monedas de oro relucieron ante sus ojos. -¡Increíble, Marta! ¡Hemos encontrado un tesoro! -exclamó Juan emocionado. Juntos, decidieron llevar la vasija al pueblo para mostrar su hallazgo.

Sin embargo, en el camino se encontraron con el dueño de la finca, Don Emilio, un hombre codicioso y malhumorado. -¿Qué es esto? -dijo Don Emilio al ver la vasija de oro. -Eh... la encontramos mientras trabajábamos la tierra -respondió Marta con timidez. -¿Trabajaban en MI tierra? Esta vasija es mía.

Todo lo que encuentren en mi propiedad me pertenece también a mí. Los campesinos, desanimados, vieron cómo Don Emilio se llevaba la vasija sin darles nada a cambio.

Sin embargo, el pueblo se enteró de lo sucedido y se indignaron con la injusticia. Todos se reunieron alrededor de Juan y Marta, quienes contaron su historia. Entonces, el anciano del pueblo, Don Salvador, propuso algo. -Escuchen, vecinos. Todos podemos colaborar para que Juan y Marta recuperen lo que les pertenece.

Juntos, con cada pequeña contribución, podemos comprar de vuelta la vasija de oro. El pueblo entero se unió en solidaridad, vendiendo lo que pudieran para reunir el dinero necesario.

Finalmente, con la ayuda de todos, Juan y Marta lograron comprar la vasija de vuelta a Don Emilio. Con lágrimas en los ojos, agradecieron a sus vecinos por su apoyo.

A partir de ese día, Juan y Marta enseñaron a los niños del pueblo la importancia de la generosidad, la solidaridad y la unión en la comunidad.

FIN.

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