Los canguros valientes
En el hermoso bosque de eucaliptos de Australia vivía una familia de canguros compuesta por la mamá canguro, Papá canguro, y sus tres pequeños saltarines: Mateo, Sofía y Lucas.
Desde hacía varios días, el calor del verano era insoportable y el agua empezaba a escasear. Los canguros estaban preocupados ya que sus fuentes de agua estaban disminuyendo debido a la sequía. Un día, los pequeños canguros se acercaron a sus padres con caritas tristes.
- Mamá, Papá, ¿por qué el río está tan seco? ¡Tenemos sed! - dijo Sofía con voz temblorosa.
Los padres, entristecidos al ver a sus hijos sufrir, decidieron que era momento de hacer algo al respecto.
Juntos, idearon un plan para encontrar agua y llevar esperanza a todos los animales del bosque. Los canguros, en su búsqueda, se encontraron con diferentes desafíos, como charcos secos y pozos vacíos. Sin embargo, no se rindieron y continuaron con determinación.
Finalmente, descubrieron un manantial escondido en lo más profundo del bosque. Con alegría, corrieron de vuelta al hogar llevando consigo la tan ansiada agua.
Los canguros repartieron el agua entre todos los habitantes del bosque, desde los koalas hasta los wombats, asegurándose de que cada uno tuviera suficiente para satisfacer su sed. El gesto de generosidad de los canguros inspiró a los demás animales, quienes se unieron para conservar el agua y cuidar el entorno.
Con el tiempo, el bosque volvió a reverdecer y el manantial se convirtió en un lugar sagrado para todos.
Los canguros y su familia se sintieron felices al ver la alegría en los ojos de los demás animales y, sobre todo, al saber que el amor y la solidaridad habían traído de vuelta la vida al bosque. Desde aquel día, los canguros enseñaron a sus hijos la importancia de cuidar el agua y ayudar a los demás. Y así, juntos, lograron convertir una situación triste en una hermosa lección de solidaridad y esperanza.
FIN.