Los cazadores del dragón demoníaco
Había una vez un grupo de valientes caza dragones conformado por Juan, Martina y Leo. Ellos eran expertos en la lucha contra los dragones, habían derrotado a muchos enemigos peligrosos y siempre estaban listos para enfrentar nuevos desafíos.
Un día, recibieron la noticia de que una horda de dragones zombies demoníacos estaba atacando el reino vecino. La princesa del lugar había pedido su ayuda para salvar a su pueblo.
Sin pensarlo dos veces, los tres amigos se prepararon para partir hacia la aventura. Llegaron al reino vecino y encontraron una escena desoladora: casas incendiadas, árboles arrancados de raíz y gente herida corriendo sin rumbo.
Al acercarse más al centro del pueblo vieron a los terribles dragones zombies demoníacos que volaban sobre ellos lanzando fuego y humo. "No podemos dejar que esto siga así", dijo Juan con decisión. "Tienes razón", respondió Martina mientras sacaba sus armas para luchar.
"¡Vamos a acabar con ellos!", exclamó Leo emocionado. Comenzó una gran batalla entre los caza dragones y la horda de dragones zombies demoníacos. Los primeros lanzaban flechas mientras esquivaban las llamas lanzadas por sus rivales.
Los segundos intentaban atraparlos en sus garras afiladas o morderlos con sus dientes podridos. La pelea duró horas pero finalmente lograron vencer a todos los enemigos gracias a su astucia y valentía.
Pero cuando todo parecía estar terminado, un dragón más grande y feroz apareció en el cielo. Este era diferente a los demás, parecía tener un poder especial que lo hacía invencible. "¿Cómo vamos a derrotarlo?", preguntó Martina preocupada. "Tenemos que encontrar su punto débil", dijo Juan con determinación.
Los tres amigos comenzaron a buscar una manera de vencer al gran dragón. Fue entonces cuando Leo se dio cuenta de algo extraño en su comportamiento.
Había una parte del cuerpo del dragón que no estaba siendo controlada por él mismo, sino por algo más oscuro. "¡Ese es su punto débil!", exclamó Leo señalando la zona oscura del dragón. Juan y Martina entendieron rápidamente lo que debían hacer y lanzaron sus ataques hacia esa zona.
El gran dragón comenzó a perder fuerza hasta caer al suelo sin vida. La princesa llegó corriendo para felicitarlos y agradecerles por salvar su reino.
Los caza dragones habían demostrado una vez más que la valentía y la astucia pueden vencer cualquier obstáculo, incluso los más terribles como la horda de dragones zombies demoníacos. Y así, nuestros héroes regresaron triunfantes a casa sabiendo que siempre estarán listos para enfrentar cualquier desafío venidero.
FIN.