Los Cinco Perritos y el Acuario Mágico



Era un día soleado en el parque, y cinco perritos muy curiosos decidieron salir a explorar. Sus nombres eran: Lucho, Nala, Ramón, Chispa y Toto. Después de jugar y correr por el césped, se dieron cuenta de que se habían alejado mucho de casa.

- ¡Oh no! - dijo Lucho, el perrito más viejo - ¡Estamos perdidos!

- ¡No te preocupes! - contestó Nala, que era muy valiente - ¡Siempre podemos encontrar el camino de vuelta!

Mientras buscaban, los perritos llegaron a un lugar sorprendente: un acuario gigante lleno de peces de colores brillantes, corales y burbujas que subían a la superficie. Los ojos de los perritos brillaron de emoción.

- ¡Miren! - ladró Ramón, señalando con su patita - ¡Hay tantos peces aquí!

- ¡Uno, dos, tres, cuatro y cinco! - gritó Chispa, saltando de alegría.

- ¡Contemos los que tienen colas de diferentes colores! - sugirió Toto.

- ¡Buena idea! - dijeron los demás.

Empezaron a contar:

- ¡Uno! - dijo Lucho, viendo un pez anaranjado.

- ¡Dos! - continuó Nala, señalando un pez azul.

- ¡Tres! - ladró Ramón, descubriendo uno amarillo.

- ¡Cuatro! - exclamó Chispa, viendo un pez rojo.

- ¡Y cinco! - terminó Toto, al notar un pez verde.

- ¡Contamos cinco peces de colores! - dijeron juntos, felices.

Pero de repente, escucharon un pequeño grito.

- ¡Ayuda! - decía un pez plateado atrapado en una red.

- ¡Oh no! - ladró Nala.

- ¡Debemos ayudarlo! - dijo Ramón, moviendo su cola con determinación.

Sin pensarlo dos veces, los cinco perritos se acercaron a la red.

- ¡Empujemos todos juntos! - ordenó Chispa.

- ¡Uno, dos, tres! - contaron al unísono.

Con mucha fuerza, los perritos tiraron de la red.

- ¡Uno! - gritó Lucho.

- ¡Dos! - dijo Nala.

- ¡Tres! - ladró Ramón.

- ¡Cuatro! - exclamó Chispa.

- ¡Y cinco! - terminó Toto, empujando con todas sus fuerzas.

Con el último empujón, el pez plateado logró liberarse.

- ¡Muchas gracias, amigos! - dijo el pez, moviendo su cola con alegría.

- ¡No hay de qué! - respondieron los perritos, llenos de orgullo.

El pez plateado les sonrió y les dijo:

- Ustedes son valientes y buenos amigos. Si alguna vez están perdidos, solo deben pedir ayuda y no duden en contar.

Los perritos sonrieron y conferenciaron entre ellos.

- ¡Más de una vez necesitamos ayudarnos! - comentó Lucho.

- ¡Y siempre podemos contar todo juntos! - añadió Nala.

- ¡Contar y ayudar es lo mejor! - ladró Ramón.

- ¡Sí, porque somos cinco! - dijo Chispa emocionada.

- ¡Uno, dos, tres, cuatro y cinco! - finalizó Toto, saltando de felicidad.

Al poco tiempo, los cinco perritos encontraron el camino de vuelta a casa, pero no sin antes haber vivido una aventura inolvidable en el acuario.

- ¡Siempre estaremos juntos! - prometieron, recordando lo que habían aprendido.

- ¡Uno, dos, tres, cuatro y cinco amigos por siempre! - ladraron juntos.

Y así se dieron cuenta que contar y ayudar a los demás es lo que realmente importa.

**Moraleja:** En la amistad y el trabajo en equipo, encontramos la fuerza para superar cualquier obstáculo.

FIN.

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