Los Colores contra la Sombra
Había una vez, en un mundo lleno de maravillas, un lugar mágico llamado Colorlandia. Allí vivían colores vibrantes, cada uno con personalidad y habilidades únicas. Rojo era valiente y fuerte, Azul era inteligente y sabio, Amarillo era alegre y siempre hacía reír a los demás, y Verde era amable y siempre ayudaba a crecer a las plantas. Todos vivían en armonía, creando paisajes deslumbrantes y llenos de vida.
Un día, mientras los colores disfrutaban de una fiesta en el prado, una sombra oscura y gris apareció de repente, cubriendo todo a su paso. La sombra se llamaba Griselda y tenía el poder de absorber el brillo de los colores.
"¡¿Quién se atreve a interrumpir nuestra fiesta? !" gritó Rojo, sintiendo que su chispa se apagaba.
"Soy Griselda, y he venido a reclamar Colorlandia para mí. Con mi sombra, pronto seréis nada más que grisura!"
Los colores se miraron preocupados. Amarillo, quien siempre encontraba la manera de alegrar los momentos tristes, intentó calmar a todos.
"Chicos, no podemos dejar que todo se convierta en gris. ¡Debemos unir nuestras fuerzas!"
"Pero ¿cómo lo hacemos?" preguntó Verde, su tono alentador apenas perceptible debido a la sombra que se cernía sobre ellos.
"Cada uno de nosotros tiene habilidades especiales, si trabajamos juntos, podríamos enfrentarnos a Griselda", dijo Azul, guiando a sus amigos a pensar en sus habilidades.
Los colores se organizaron:
- Rojo, con su valentía, lideraría la misión.
- Azul usaría su inteligencia para planear un ataque.
- Amarillo sería el encargado de mantener el ánimo en alto.
- Verde les ayudaría a encontrar el camino correcto entre las sombras.
Así pues, se adentraron en la profundidad de la sombra, enfrentándose a Griselda.
Al encontrarse frente a ella, Rojo gritó:
"¡No te dejaremos llevarnos! ¡Nosotros somos fuertes juntos!"
"Jajajaja, ¿qué pueden hacer cuatro colores contra la oscuridad de mil sombras?" se burló Griselda.
Pero los colores no se rindieron. Azul, con su mente brillante, elaboró un plan.
"Amarillo, infunde felicidad en el ambiente. ¡Necesitamos que la luz brille!"
"¡Por supuesto!" respondió Amarillo, y comenzó a brillar intensamente, llenando el lugar de destellos de luz.
Mientras tanto, Verde usó su magia para hacer crecer hermosas plantas que atrajeron la luz del sol.
"Con el sol a nuestro favor, ¡podremos debilitarla!"
"Rojo, ahora es tu turno. Haz que tu valentía brille y lanza el primer ataque" indicó Azul.
Rojo, sintiéndose más que listo, lanzó un rayo de luz hacia Griselda. Pero la sombra esquivó el ataque fácilmente.
"Eso fue divertido, ¡pero no me hará nada!" Griselda se reía mientras continuaba absorbiendo el color.
Entonces Amarillo propuso una nueva idea.
"¡Si integramos nuestros colores, formaremos un arcoíris y eso la erradicará!"
"¿Pero cómo lo hacemos?" preguntó Verde.
"Únanse y brillen al mismo tiempo, ¡creando un hermoso arcoíris!" ordenó Amarillo.
Así fue como los cuatro decidieron unir sus habilidades. Juntos, brillaron con toda su fuerza, formando un arcoíris increíble que iluminó e hizo vibrar Colorlandia. Los colores gritaron al unísono:
"Con nuestra unión y diversidad, ¡destruiré la sombra!"
Cuando el arcoíris alcanzó a Griselda, la sombra comenzó a desvanecerse, recibiendo el poder de la luz y la alegría de los colores que hasta entonces había ignorado. Griselda, debilitada, miró a los colores.
"No sabía que ser diferente podía ser tan poderoso. Quizás…"
Finalmente, el destello del arcoíris triunfó, dispersando la sombra gris, y Colorlandia recuperó su esplendor.
Griselda, al ver el poder de la unión, decidió cambiar.
"¿Puedo unirme a ustedes? Prometo no ser una sombra más."
"Claro, cada color es especial, incluso el gris puede tener su lugar en Colorlandia" respondió Azul.
Y así, Griselda se convirtió en la sombra más amistosa, ayudando a los colores en sus aventuras y aprendiendo lo hermosa que era la diversidad.
Desde ese día, Colorlandia brilló más que nunca, y la amistad y el trabajo en equipo se volvieron más populares que jamás. Los colores habían aprendido que juntos eran invencibles, y que incluso la sombra podía convertirse en luz.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.