Los colores de la amistad



Había una vez en una pequeña escuela de un pueblo encantador a las afueras de Buenos Aires, Argentina, un grupo de alumnos muy especiales. Ellos eran estudiantes que hablaban español y estaban aprendiendo portugués con mucha dedicación.

En esta historia, vamos a seguir las aventuras de Martina, Mateo, Sofía y Diego. Estos cuatro amigos se destacaban por su entusiasmo y curiosidad por aprender cosas nuevas.

Después de dominar los saludos y el abecedario en portugués, estaban ansiosos por descubrir más sobre este fascinante idioma. Una mañana soleada, la maestra Ana les anunció que tendrían una clase especial sobre los colores en portugués. Los ojos de los niños se iluminaron de emoción al escuchar la noticia.

Martina levantó la mano emocionada y preguntó: - ¿Podemos hacer algo divertido para aprender los colores? La maestra sonrió y respondió: - ¡Claro que sí! Vamos a jugar a "El Tesoro de los Colores".

En este juego, tendrán que encontrar objetos del color que mencione en portugués. Los niños estaban emocionados con la idea del juego y rápidamente se pusieron en marcha. La maestra empezó diciendo:"El primer color es —"azul" .

"Sofía corrió hacia el cielo azul para buscar algo que coincidiera con ese color. Encontró una mariposa azul revoloteando entre las flores del jardín. - ¡Mira maestra! ¡Encontré algo azul! -exclamó Sofía emocionada. Luego le tocó el turno a Mateo con el color —"verde" .

Él corrió hacia un árbol cercano y señaló las hojas verdes brillantes. - ¡Aquí está el verde! Diego tuvo éxito encontrando algo —"rojo"  cuando vio una hermosa flor roja cerca del patio.

- ¡Encontré algo rojo! Por último, Martina buscaba desesperadamente algo —"amarillo" . Corrió al arenero donde vio un cubo amarillo brillante.

- ¡Aquí está el amarillo! Al finalizar el juego, la maestra Ana felicitó a los niños por su excelente trabajo y les dijo:- Han demostrado ser unos verdaderos exploradores del idioma portugués. Estoy muy orgullosa de ustedes. Los amigos sonrieron felices por haber aprendido los colores en otro idioma mientras se daban cuenta de lo divertido que podía ser aprender algo nuevo cada día.

Desde ese día, Martina, Mateo, Sofía y Diego continuaron explorando juntos el mundo del portugués con entusiasmo y determinación. Cada lección era una nueva aventura llena de descubrimientos emocionantes que fortalecían su amistad y su amor por aprender.

Y así fue como estos valientes amigos demostraron que con dedicación, curiosidad e imaginación no hay límite para lo que pueden lograr juntos.

FIN.

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