Los colores de Luna


Título: "El viaje de los colores"Había una vez en un lejano bosque encantado, donde los árboles cantaban y los animales hablaban, vivía una pequeña hada llamada Luna.

Luna era especial porque tenía la habilidad de cambiar de color cada vez que sentía una emoción diferente. Un día, mientras volaba por el bosque, Luna se encontró con su amigo el duende Nico. Nico siempre llevaba puesta una gorra verde y unas botas rojas brillantes.

"¡Hola Luna! ¿Cómo estás hoy?" -saludó Nico con entusiasmo. Luna suspiró y cambió su color a azul oscuro. Estaba sintiéndose triste porque no sabía quién era realmente. "Estoy confundida, Nico.

No sé qué color soy en realidad", dijo Luna con voz temblorosa. Nico sonrió con ternura y tomó la mano de Luna. "Vamos a ver al sabio búho Sabás. Él nos ayudará a resolver este misterio", propuso Nico con alegría.

Así que juntos volaron hasta lo alto del árbol más grande del bosque, donde habitaba el sabio búho Sabás. El búho los recibió con amabilidad y escuchó atentamente la preocupación de Luna.

"Querida Luna, tu verdadera identidad no está en un solo color, sino en todos los colores que llevas dentro de ti", explicó Sabás sabiamente. Luna frunció el ceño sin entender del todo. Entonces, Sabás les propuso un desafío: encontrar la flor mágica del arcoíris para descubrir la verdadera identidad de Luna.

Emocionados por la aventura, Luna y Nico se adentraron en lo más profundo del bosque en busca de la flor mágica del arcoíris.

En su camino se encontraron con obstáculos como ríos turbulentos y campos llenos de espinas, pero juntos lograron superarlos gracias a su valentía y amistad. Al fin llegaron a un claro donde brillaba una hermosa flor multicolor que cambiaba constantemente de tonalidades. Sin dudarlo, Luna extendió su mano hacia la flor y esta comenzó a brillar intensamente.

De repente, una luz cegadora envolvió a Luna y cuando desapareció, ella estaba rodeada por todos los colores del arcoíris: rojo como el amor, naranja como la alegría, amarillo como la creatividad, verde como la esperanza, azul como la calma y violeta como la magia.

Luna comprendió entonces que su verdadera identidad no estaba limitada a un solo color; era la combinación única de todas las emociones que experimentaba cada día.

Radiante de felicidad, Luna abrazó a Nico agradecida por haberla acompañado en esta maravillosa aventura hacia el autodescubrimiento. Y así fue como Luna aprendió que ser ella misma significaba aceptar todas sus emociones y colores interiores sin temor ni dudas.

Desde ese día en adelante siguió iluminando el bosque encantado con su resplandor multicolor, demostrando al mundo entero que lo importante no es cómo te vean los demás, sino cómo te sientes tú contigo mismo. Y colorín colorado, este cuento ha terminado. Fin

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