Los colores mágicos de Lola y Lucas


el arco iris ganará un color extra. En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, vivía una niña llamada Lola. Era una niña curiosa y siempre estaba buscando maneras de ayudar a los demás.

Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de su casa, Lola encontró una mariposa herida en el suelo. Sin dudarlo, la recogió con cuidado y decidió llevarla a su casa para cuidarla. Lola construyó un pequeño refugio para la mariposa en su habitación.

Le dio agua y comida todos los días, asegurándose de que estuviera cómoda y segura. La mariposa se recuperó rápidamente gracias al amor y cuidado de Lola. Un mes después, cuando la mariposa estaba completamente sana, algo sorprendente ocurrió.

Al despertar una mañana, Lola miró por la ventana y vio un arco iris brillante extendiéndose sobre el pueblo de Arcoíris. Lola recordó entonces lo que había escuchado sobre los niños siendo importantes en la creación del arco iris.

Se sintió llena de alegría al darse cuenta de que su acto de bondad hacia la mariposa había sido recompensado con ese hermoso espectáculo en el cielo.

Emocionada por esta revelación, Lola decidió hacer más buenas acciones para traer aún más colores al arco iris. Comenzó a ayudar a sus vecinos mayores con sus tareas diarias: llevando las compras pesadas, regando las plantas o simplemente brindándoles compañía.

Cada vez que hacía algo bueno por alguien más, otro color aparecía en el arco iris. Pronto, todo el pueblo de Arcoíris comenzó a notar los colores vibrantes y hermosos que adornaban el cielo. Sin embargo, no todos en el pueblo entendían la importancia de las buenas acciones.

Un niño llamado Lucas era egoísta y solo pensaba en sí mismo. No mostraba compasión hacia los demás y siempre se metía en problemas. Un día, mientras jugaba cerca del río, Lucas vio una tortuga atrapada entre algunas rocas.

En lugar de ayudarla, decidió ignorarla y seguir jugando. Pero justo cuando estaba a punto de irse, recordó la historia del arco iris. Lucas sabía que si ayudaba a la tortuga, podría traer un color más al arco iris.

Aunque no le gustaba mucho la idea de hacer algo bueno por alguien más, decidió darle una oportunidad. Con esfuerzo y cuidado, Lucas logró liberar a la tortuga de su prisión rocosa.

La tortuga nadó felizmente hacia el río mientras Lucas miraba con asombro cómo otro color aparecía en el arco iris. Desde ese día, Lucas aprendió que hacer cosas buenas por los demás también lo hacía sentir bien consigo mismo.

Empezó a buscar oportunidades para ayudar a sus amigos y vecinos, sabiendo que cada acto de bondad traería más colores al arco iris. Con el tiempo, el pueblo de Arcoíris se convirtió en un lugar lleno de personas amables y generosas.

El arco iris brillaba con todos sus colores cada vez que alguien realizaba una buena acción.

Y así fue como Lola y Lucas, junto con todos los niños del pueblo de Arcoíris, descubrieron el poder de la bondad y cómo podían hacer del mundo un lugar más hermoso. Juntos, pintaron el cielo con un arco iris lleno de colores brillantes y recordaron siempre la importancia de ser amables y compasivos con los demás.

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