Los colores sanadores de Mateo


Había una vez en un pequeño pueblo de la Patagonia, un niño llamado Mateo. Mateo era un niño especial, con ojos que brillaban como estrellas en la noche y una sonrisa que iluminaba el corazón de quienes lo conocían.

Sin embargo, a pesar de su alegría aparente, Mateo cargaba consigo un conflicto interno. Desde pequeño, Mateo tenía la capacidad de ver las emociones de las personas reflejadas en forma de colores a su alrededor.

Cada emoción tenía un color distinto: la alegría era amarilla como el sol, la tristeza era azul como el mar y la ira era roja como el fuego.

Esta habilidad lo había llevado a comprender que no todas las personas eran lo que aparentaban ser por fuera. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano al pueblo, Mateo se encontró con una criatura mágica: un zorro plateado con ojos tan profundos como el océano.

El zorro le habló a Mateo con voz suave y le dijo:"Pequeño Mateo, veo en tus ojos la sabiduría de los antiguos. Sé que cargas contigo un peso muy grande por tu don especial.

"Mateo se sorprendió al escuchar al zorro hablarle y sintió cómo su corazón se aceleraba. "¿Cómo sabes sobre mi don? ¿Y qué puedo hacer para liberarme de esta carga que llevo?" preguntó Mateo con curiosidad.

El zorro le explicó que para liberarse de su conflicto interno, debía aprender a usar su don para ayudar a los demás y traer armonía al pueblo. Le dijo que cada emoción reflejada en colores tenía el poder de sanar si se usaba correctamente.

Motivado por las palabras del zorro plateado, Mateo decidió poner en práctica sus enseñanzas. Comenzó a ayudar a los habitantes del pueblo a expresar sus emociones y sentimientos más profundos a través de pinturas llenas de color.

La gente empezó a sentirse comprendida y sanada gracias al arte creado por Mateo. Con el paso del tiempo, Mateo se convirtió en un símbolo de esperanza y amor en el pueblo.

Ya no sentía su don como una carga pesada, sino como una bendición que le permitía conectar con los demás de una manera única y hermosa.

Y así, gracias al consejo del zorro plateado y su valentía para enfrentar sus conflictos internos, Mateo descubrió que la verdadera magia reside en ayudar a los demás y compartir el amor que todos llevamos dentro.

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