Los colores vivos de Leti



Había una vez una niña llamada Leti, a quien le encantaba el arte. Pasaba sus días dibujando y pintando en las paredes de su casa.

Su mamá siempre le decía que eso no estaba bien, pero Leti simplemente no podía resistirse. Un día, mientras caminaba por la calle con su mochila llena de colores y pinceles, vio un muro blanco y vacío frente a ella. No pudo resistirse y sacó su aerosol favorito.

Con movimientos rápidos y precisos, comenzó a crear un grafiti lleno de vida y color. Mientras terminaba su obra maestra, algo increíble ocurrió: el grafiti cobró vida. Los personajes saltaron del muro y comenzaron a hablar con Leti.

"¡Hola Leti! ¡Somos tus creaciones!", exclamó un conejo sonriente. "¡Qué sorpresa!", dijo Leti emocionada. "¿Cómo puedo ayudarlos?""Necesitamos tu ayuda para encontrar nuestro hogar", respondió una mariposa voladora. "Por supuesto", dijo Leti decidida. "Los llevaré donde pertenecen".

Juntos, emprendieron un viaje lleno de aventuras. Recorrieron bosques encantados, montañas nevadas e incluso visitaron el fondo del océano. En cada lugar encontraban más personajes salidos de los grafitis.

En uno de sus encuentros, conocieron a un duende travieso que les dijo que solo podrían encontrar el camino si resolvían acertijos difíciles. Después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, lograron superar todos los desafíos y llegaron a un lugar mágico. Era un enorme mural que brillaba con colores vibrantes.

"¡Aquí es donde pertenecemos!", exclamó un elefante dibujado. "Gracias, Leti". "De nada", dijo Leti feliz. "Fue un placer ayudarlos". Con lágrimas de alegría en sus ojos, los personajes del grafiti se fundieron con el mural y volvieron a ser solo pintura.

Leti sabía que habían encontrado su hogar y eso la llenaba de satisfacción. Cuando regresó a casa, su mamá estaba sorprendida al ver cómo había cambiado el muro frente a su casa.

En lugar de enfadarse, sonrió y le dijo: "Leti, tienes un talento increíble". Desde ese día en adelante, Leti siguió pintando pero esta vez en lienzos y papel.

Su historia se hizo famosa en todo el vecindario y las personas comenzaron a valorar el arte callejero. Las paredes vacías se convirtieron en murales hermosos que inspiraban a todos. Y así fue como Leti descubrió que su pasión por el arte podía cambiar vidas y crear mundos maravillosos.

Desde entonces, nunca dejó de pintar ni de soñar con nuevas aventuras llenas de color. Fin

FIN.

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