Los conejitos valientes



Había una vez en un bosque encantado, dos conejitos llamados Pancho y Lola. Un día, un terrible incendio arrasó con su hogar y su familia, dejándolos solos y desamparados. Los valientes conejitos decidieron buscar un nuevo hogar, llenos de esperanza y determinación. En su camino, se encontraron con un amigable grillo llamado Tomás. -

Hola, amiguitos. ¿A dónde se dirigen con tanta prisa? -preguntó el grillo con curiosidad.

- Hemos perdido nuestro hogar en el incendio y ahora estamos buscando un lugar nuevo donde vivir -respondió Pancho con tristeza.

- Qué triste situación. Yo conozco a un sabio búho que puede ayudarlos a encontrar un hogar seguro. Síganme, los llevaré hasta él -dijo el grillo con entusiasmo. Confiando en su nuevo amigo, Pancho y Lola siguieron al grillo Tomás a través del bosque, hasta llegar al inmenso árbol donde vivía el sabio búho. -

¡Búho Sabio, Búho Sabio! Tenemos a dos valientes conejitos que buscan un nuevo hogar después del incendio -anunció el grillo, mientras Pancho y Lola esperaban con emoción. El búho, con voz profunda y sabia, les dijo: -

Bueno, bueno, no se preocupen, tengo el lugar perfecto para ustedes. Sigan por este camino y encontrarán la madriguera ideal. Los conejitos agradecieron al búho y al grillo por su amabilidad y pronto se dirigieron hacia el camino que les indicaron. A medida que avanzaban, Pancho notó que Tomás el grillo había desaparecido. -

Lola, ¿dónde está Tomás? Creo que nos ha engañado -dijo preocupado. De repente, escucharon una risita entre los arbustos y vieron al grillo Tomás con una expresión traviesa. -

¡Ja, ja, ja! ¿Pensaron que realmente les ayudaría? Soy amigo del malvado zorro del bosque y les he llevado directo a su guarida. ¡Buena suerte, amigos conejitos! Los pequeños conejitos se quedaron atónitos al descubrir la traición de su supuesto amigo. Justo cuando empezaban a temer lo peor, escucharon unos aleteos y vieron al Búho Sabio acercarse. -

No teman, pequeños. Vi todo desde mi árbol y vine a salvarlos. No todos los que parecen amigos son realmente dignos de confianza. Los conejitos aprendieron una valiosa lección y agradecieron al búho por su sabiduría. Con su ayuda, finalmente encontraron un nuevo hogar seguro y feliz, donde vivieron aventuras inolvidables. Y desde ese día, Pancho y Lola se prometieron nunca más confiar en extraños, pero sobre todo, nunca dejar de ser valientes y bondadosos.

FIN.

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