Los Cuatro Amigos y el Gran Problema de la Sierra
En la hermosa Sierra de las Salinas, donde los cactus brillaban bajo el sol y los ríos cantaban al fluir, vivían cuatro amigos inseparables: un águila llamada Luma, un conejo llamado Pancho, un venado llamado Ranito y una tortuga llamada Tula.
Un día, mientras exploraban las colinas, Pancho saltó de alegría al ver algo extraño. "¡Miren, miren! ¿Qué es eso?"- gritó emocionado. Los demás miraron en dirección a lo que señalaba. Había un montón de plástico y desechos tirados cerca del arroyo.
Luma, que volaba alto, dijo: "Esto no se ve bien. ¡El arroyo está contaminado!"-.
Ranito se acercó, preocupado. "Esto afecta a los peces y a todas las plantas que crecen aquí. Si seguimos así, nuestro hogar se volverá un lugar triste"-.
"¡Pero esto no puede quedar así!"- exclamó Tula. "Debemos hacer algo; no podemos dejar que la sierra se ensucie por el comportamiento de los humanos"-.
Los cuatro amigos comenzaron a recoger la basura, pero al poco tiempo se dieron cuenta de lo difícil que era. Había demasiados residuos, incluso piezas de juguetes rotos y botellas. "No podemos hacerlo solos"- dijo Luma, desanimada.
Entonces, se les ocurrió una idea brillante. "¡Tenemos que pedir ayuda!"- propuso Ranito. "Podemos armar un plan y llamar a otros animales del bosque"-.
Así que se pusieron a trabajar. Cada uno fue a buscar a sus amigos. Luma voló alto y fue a buscar a las aves de las montañas, Pancho convoco a todos los conejos del prado, Ranito llamó a los ciervos y Tula fue con las tortugas del lago.
Al día siguiente, el valle estaba lleno de animales. "¡Vamos a limpiar!"- dijo Luma, emocionada. Todos comenzaron a recoger la basura que estaba esparcida por el suelo. Mientras trabajaban, Tula se dio cuenta de algo importante. "Si los humanos ven que estamos limpiando, tal vez se den cuenta de su error y nos ayuden a mantener limpia la sierra"- dijo.
De repente, Pancho tuvo otra idea. "¡Podemos dejar mensajes para los humanos!"- Y así fue como empezaron a crear carteles con dibujos y palabras sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Cuando los humanos pasaron por el sendero, vieron a todos los animales trabajando juntos y los carteles que decían cosas como "¡Cuidemos la sierra!" y "¡No más basura aquí!". Se detuvieron, sorprendidos y comenzaron a leer. Los animales observaron atentamente.
Los humanos empezaron a hablar entre ellos y luego uno de ellos dijo: "Tienen razón, debemos hacer algo. No podemos dejar que nuestros desechos dañen la naturaleza"- y se pusieron a ayudar a los animales a recoger la basura.
Juntos, animales y humanos limpiaron el arroyo. Al día siguiente, el agua volvió a brillar y los peces salieron a saltar felices. "¡Lo hicimos!"- gritó Pancho, llenó de alegría.
Luma, mirando desde su altura, dijo: "Esto no solo mejorará nuestro hogar, sino que también nos unió más"-.
Tula concluyó: "Sí, y debemos seguir recordando a los humanos lo que hay que hacer para cuidar la sierra. Todos somos importantes en este lugar"-.
Desde ese día, los animales y los humanos trabajaron juntos para mantener la Sierra de las Salinas limpia y hermosa. Las historias sobre la limpieza del arroyo se contaron de generación en generación, recordando siempre que cuidar de la naturaleza es tarea de todos.
Y así, en la Sierra de las Salinas, la amistad entre los animales y los humanos floreció, creando un lugar donde todos podían vivir juntos en armonía.
FIN.